Este sábado 2 de diciembre de 2023, se cumplen 30 años de la desaparición física del narcotraficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria.
El principio del fin de Escobar inició cuando el Cartel de Medellín inició una guerra contra el Estado colombiano que duraría 10 años.
A Escobar se le atribuyen unos 623 atentados que dejaron alrededor de 402 muertos y 1.710 heridos.
Líderes políticos y de la sociedad civil colombiana que adversaron a Escobar fueron asesinados por el brazo armado del Cartel de Medellín.
El ministro de Justicia de Colombia, Rodrigo Lara Bonilla; el director del diario El Espectador, Guillermo Cano; y el entonces candidato presidencial por el Nuevo Liberalismo, Luis Carlos Galán, fueron asesinados por órdenes de Escobar.
En 1990, tras doblegar al Estado colombiano “El Patrón”, se entregó a las autoridades para ser recluido en una cárcel cuyo terreno él mismo había comprado y adecuado estratégicamente antes y luego vendido al municipio de Envigado. Este centro penal fue conocido como la cárcel de La Catedral.
Desde La Catedral Escobar siguió dirigiendo el Cartel de Medellín. Gerardo Moncada y Fernando Galeano fueron llamados por Pablo el 4 de julio de 1992 y, por supuesto, no pudieron negarse a ir.
Se dice que Mocada y Galeano nunca salieron de La Catedral. Posteriormente Escobar ordenó el asesinato de unas 25 personas más, todas pertenecientes a las familias y a los entornos de los Moncada y los Galeano.
Tras conocerse la noticia, el Gobierno colombiano ordenó su traslado a otra cárcel. Para cuando el ejército colombiano entró a La catedral, Escobar se había fugado con varios de sus lugartenientes.
El Estado colombiano creó el “bloque de búsqueda”, con ayuda de la CIA, la DEA, la Embajada de Estados Unidos, el Ejército, la Policía Nacional y un grupo paramilitar denominado “Perseguidos por Pablo Escobar”, financiado por el cártel de Cali, que se hacían llamar “Los Pepes”.
El día 2 de diciembre de 1993, un día después de haber cumplido 44 años, Escobar fue asesinado por las fuerzas armadas en una residencia cercana al centro comercial Obelisco y también al estadio Atanasio Girardot, en el oeste de la ciudad.
