Queridas madres, en este día tan especial en el que celebramos la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, quisiera dirigirme a ustedes con un mensaje lleno de amor y gratitud.
Hoy, honramos a la Virgen María, la madre de Jesús, quien por gracia divina fue concebida sin mancha alguna. Su pureza y entrega nos inspiran a todas como madres, recordándonos la importancia de amar y cuidar a nuestros hijos con un corazón siempre limpio y lleno de amor.
La Biblia nos ofrece maravillosos textos que elogian a la mujer y reconocen su papel fundamental en la creación y crianza de los hijos. En Proverbios 31:28-29, se nos enseña: “Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada; su marido, también, la alaba. Hay muchas mujeres virtuosas, pero tú las superas a todas”. ¡Qué hermoso elogio a la labor de ser madre!
¡Queridas madres, ustedes son bendición y testimonio de amor en nuestras vidas! Su abnegación, paciencia y sacrificio son una muestra de su compasión y devoción inquebrantable hacia sus hijos. En Lucas 1:45, encontramos la siguiente promesa: “Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. Vuestra fe y confianza en Dios son pilares fundamentales en la educación y formación de vuestros hijos.
En este día, también queremos recordar a aquellas madres que ya no están físicamente con nosotros, pero que siguen acompañándonos desde el cielo. Vuestra presencia sigue siendo nuestro consuelo y guía, y vuestras enseñanzas perdurarán por siempre en nuestras vidas.
En nombre de todos, les agradezco, queridas madres, por vuestro amor incondicional, por vuestro apoyo constante y por ser ese faro de luz en momentos de oscuridad. Vuestra dedicación y valentía merecen todo nuestro reconocimiento y admiración. Que en este día, la gracia de la Inmaculada Concepción de María nos llene de bendiciones y fortaleza para seguir adelante.
Que Dios las bendiga siempre y las colme de alegría y felicidad. ¡Feliz día de la madre y feliz Solemnidad de la Inmaculada Concepción!
Con amor y respeto cristiano,
Prof. Gabriel De Gracia