La lucha iniciada por los educadores de Asociación de Educadores Veragüenses, contra el alza de combustible y la canasta básica, la cual fue apoyada por Alianza Pueblo Unido por la Vida, y los pueblos originarios, en un principio tuvo un apoyo moral del resto de la población.
Cuando el Gobierno anunció de congelamiento en el precio del combustible en $3.95 para autos particulares, muchos panameños aplaudieron la medida, ya que esto representa un ahorro en medio de la crisis.
Lo que ofendió a la población general fue la lista de 10 productos nuevos de la canasta básica de alimentos, entre los que figuran la babilla, sardina, tuna, mortadela, coditos, macarrones, entre otros, mientras los diputados de la República festejan con botellas de McCallan de 18 años, que cuesta unos cientos de dólares.
Hoy en medio de la reunión de la Mesa del diálogo en Penonomé, entre el movimiento popular y representantes del Ejecutivo, los indígenas prepararon el almuerzo con los productos congelados por el Gobierno.
El menú constaba de arroz de primera -el cual viene con gran cantidad de grano quebrado e impurezas-, acompañado de tuna.
El monseñor José Domingo Ulloa, arzobispo de Panamá, sin vacilar, comió su plato de pincho con tuna, mientras que algunos ministros prefirieron no comer, lo que generó una ola de críticas.
En las redes sociales se preguntan ¿qué hubiera hecho el General Torrijos?.