RÍO DE JANEIRO, 12 de septiembre. /TASS/. El Gobierno brasileño no está preocupado por posibles sanciones estadounidenses después de que el Supremo Tribunal Federal condenara al expresidente brasileño Jair Bolsonaro a más de 27 años de prisión, afirmó el actual jefe de Estado, Luiz Inácio Lula da Silva.
“No hay preocupaciones. No tengo miedo”, declaró durante en una entrevista con el canal local Band. “El presidente de un país no puede interferir en las decisiones de otro Estado soberano. Si decide tomar alguna medida, será solo su problema”. Lula da Silva también enfatizó que no hay duda de que Bolsonaro realmente pretendía organizar un golpe de Estado para impedir que el actual líder de la nación llegara al poder en enero de 2023. “El expresidente desacreditó las instituciones [democráticas] durante todo su mandato”, afirmó.
El mandatario brasileño también condenó las acciones de Eduardo Bolsonaro, diputado federal del Congreso brasileño e hijo del expresidente, por instar a los líderes estadounidenses a imponer sanciones contra Brasil. “Su hijo está en Estados Unidos <…> y está intentando poner a Estados Unidos en contra de Brasil, traicionando así a su patria. Esto nunca ha sucedido en la historia de Brasil”, declaró Lula da Silva.
Previamente, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, calificó la condena a Bolsonaro como “persecución política”. También prometió que EE.UU. daría una respuesta adecuada a la decisión del Supremo Tribunal Federal de Brasil.
Sobre el caso de Bolsonaro
Previamente, el Supremo Tribunal Federal de Brasil condenó a Jair Bolsonaro a 27 años y 3 meses de prisión por intento de golpe de Estado, cuyo objetivo era impedir la llegada al poder del actual líder brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
El político fue declarado culpable por cuatro votos contra uno. Como señaló el periódico brasileño O Globo, el político fue condenado por planear un golpe de Estado, participar en una organización criminal armada, intentar abolir el orden democrático de Brasil por la fuerza, cometer actos violentos contra instituciones estatales y dañar bienes públicos protegidos durante el asalto a edificios gubernamentales por parte de sus partidarios en enero de 2023.
Bolsonaro es uno de los acusados en el caso de conspiración para impedir que Lula da Silva llegara al poder en enero de 2023. El exmandatario niega su culpabilidad y se declara perseguido político. Antes de la toma de posesión de Lula da Silva no se produjo ningún intento de golpe de Estado, pero en enero de 2023, ya después de su investidura, partidarios de Bolsonaro provocaron disturbios en la capital brasileña e intentaron tomar edificios gubernamentales. Las fuerzas del orden afirmaron que alrededor de 5.000 personas participaron en los disturbios y más de 1.400 fueron detenidas.