Desde muy joven cultivó un amor por la historia, la literatura y la filosofía. En cuarto año de secundaria, me leí la antología poética de Mario Benedetti, luego Inventario I y II.
Por esto que voy a decir, tal vez le caiga mal a uno que otro, pero para mí en lo personal en temas de poesía Benedetti es mucho mejor que Pablo Neruda. No digo que los Veinte poemas de amor y una canción desesperada, no sean buenos.
“Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca”, es mi verso preferido de Neruda.
Sin embargo “Te Quiero” de Benedetti es mucho más profundo, para muestra un botón: Tus manos son mi caricia mis acordes cotidianos te quiero porque tus manos trabajan por la justicia si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Uno habla de un amor efímero y el otro de un amor más terrenal entre dos amantes que son amigos, cómplices de todo.
En ocasiones ya sea en casa, la oficina o donde me encuentre me gusta leer poesía, creo que podría ser algo de nostalgia postrera de amores pasados.
La otra tarde en el trabajo a la hora del almuerzo, pedí una pizza mientras repasaba algo de Benedetti. En la mesa de al lado estaban unas compañeras. Sumergido en la lectura no escuchaba nada de lo que hablaban.
El día anterior el cable USB se me daño, por lo que no pude cargar el celular. En medio de la lectura el aparato se apagó. Ya la pizza estaba fría, pero bueno qué podía hacer.
En eso escucho la conversación sin querer.
Resulta que María estaba muy apenada por una situación embarazosa que le ocurrió con su mamá. María no le ha ido muy bien en el amor, mejor dicho, no quiere saber nada de amor ni de hombres, para ahogar las penas utiliza un consolador de tres velocidades. Confesó en la mesa que se emocionó y le salieron unos gemidos, los cuales escuchó su madrecita que es muy religiosa o más bien una beata.
La señora le recrimina a su hija… Por la escena… Para ella su hijita era virgen… Se imaginan ese lío.
Para tranquilizar a Marí, Jeny comentó que una vez ella y su novio -más bien grubeo-, no pusieron en seguro a la puerta y su hijo de 4 años los vio teniendo relaciones. El niño entró llorando porque había escuchado un trueno, saltó a la cama y quedó en medio de ambos.
No sé si han tenido la oportunidad de ver la película Daniel El Travieso de los 90, en ella hay una escena donde Daniel le dice al señor Wilson que su papá y su mamá, se levantan tarde los domingos porque juegan a las luchas desnudos. De una manera muy sutil tocaron un tema muy sensitivo de las relaciones humanas.
Con el boom de la tecnología de los últimos años el descuido de Jeny es más común. A veces ni siquiera son por descuido, en ciertos sectores de la población no se protege la inocencia de los niños.
En mi adolescencia existían las revistas XXX o las películas pornográficas, pero el acceso a ello era muy limitado. Hoy en día un niño puede tener este contenido en su Tablet o celular, de un conocido o no y ni hablar de la cantidad de sitios donde adultos -hombres-, chatean con menores de edad sin el menor reparo.
El sexo es algo normal, pero tanto padres como madres debemos protegerlos y evitar que aceleren su sexualidad antes de tiempo.