La Coordinadora Nacional de Pueblos Indígenas de Panamá (COONAPIP), lamenta profundamente los violentos ataques de la policía contra la población indefensa de los Ngobe Buglé que fueron brutalmente reprimidos en los alrededores del proyecto hidroeléctrico Barro Blanco, en un hecho que sigue generando el rechazo y la repulsa generalizada a nivel nacional e internacional.
Los siete pueblos originarios y los 12 Congresos y Consejos de la COONAPIP, toda su Junta Directiva y su Presidente Marcelo Guerra, responsabilizan directamente al Presidente de la República Laurentino Cortizo por esta violación a los derechos humanos, destacando que este grupo de panameños originarios mantienen una protesta pacífica y no cuentan con ningún tipo de armas de defensa, solo su disposición y voluntad de lucha protegiendo su territorio y sus recursos naturales.
“Con esta cruel y vil actuación de la policía, el Presidente Cortizo, como jefe máximo de este organismo de seguridad ha dejado claro a quien responde en este país, responde a los intereses económicos, a los empresarios y sectores poderosos, y no le interesa la suerte del pueblo y los más vulnerables de este país, prefiriendo atacar a niños, mujeres y hombres indefensos con saña y alevosía, un hecho triste y doloroso para nuestra gente”, manifestó Marcelo Guerra, en representación de la Junta Directiva de la COONAPIP.
Explicó el dirigente indígena que la Coonapip, está sumamente indignada por este nuevo atropello a los derechos humanos de un pueblo que solo pide respeto a su territorio y a sus recursos, y es inaceptable que este gobierno siga masacrando a un pueblo humilde, sin dar respuestas y sin escuchar sus necesidades.
“Somos un pueblo pacífico y creemos en el diálogo, pero no vamos a permitir más acciones desmedidas de la policía y exigimos una investigación exhaustiva de estos lamentables hechos y pedimos el cese de la violencia contra nuestro pueblo, al tiempo que llamamos al Presidente de la República a una reunión urgente para atender este y otros temas, y buscar acuerdos y soluciones que traigan paz a nuestras regiones indígenas”, sentenció Marcelo Guerra.
Concluyó Guerra que la COONAPIP exigirá ante las instancias nacionales e internacionales que se aclaren estos hechos tristes para su pueblo y que los responsables paguen por esta actuación criminal, que se preserve la salud y la dignidad de los heridos y afectados, al tiempo que se mantienen vigilantes de estos hechos en Barro Blanco.