Las costumbres culturales de la etnia ngabe-bugle impiden frenar los continuos contagios por el Virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) y su final condición Sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), situación que está aquejando a las nuevas generaciones indígenas en la comarca.
Así se expresó el médico Orlando Quintero, director de Probidsida, una fundación que desarrolla un programa preventivo de esta enfermedad que lleva miles de víctimas mortales en Panamá, así como en todo el planeta.
Según Quintero, el tradicional éxodo de cientos de familias indígenas hacia los cafetales cruzando la frontera con la vecina Costa Rica, donde los varones acuden a sitios de diversión en que está expuestos a contagios, lo cual traen a la comarca una vez acaba la cosecha y retornan a sus hogares es un tema que debe ser tratado con un diálogo y políticas apropiadas por las autoridades de Salud de Panamá con la dirigencia tradicional y política de la comarca Ngabe Buglé.
Dado que esto no se hace, los contagios provenientes del lado costarricense seguirán aumentando y afectado a los individuos más jóvenes.
En otro ángulo del problema, el galeno indicó que la infección por VIH sigue atacando a los grupos más vulnerables como son los homosexuales, transexuales, bisexuales y las trabajadoras sexuales, por ser los más expuestos al virus, más aún si no se protegen. En su caso, no solo la región metropolitana y San Miguelito, también en Panamá Oeste las cifras de contagio están subiendo.
En cuanto a la ausencia de un programa de educación sexual, cuestionó duramente esta deficiencia en el currículo escolar, y resaltó la irresponsabilidad de la Asamblea Nacional de mantener engavetado el proyecto de ley 61 que instituye este programa en las escuelas.