Todo caballero jedi en algún momento fue un aprendiz. Yo no tuve un maestro, pero si un amigo que aprecié mucho.
Corrían los años noventa en mi barriada, casi todos teníamos la misma edad, excepto Leonardo. Él era un chico bien parecido y con una gran labia para las mujeres.
Todos los jóvenes les pedíamos consejos sobre cómo conquistar a una mujer. A veces parecía un degenerado curtido en ron, pero a la vez brindaba serenata todos los Día de la Madre.
El me tomó cierto cariño debido a que yo no tenía hermanos. Cuando estaba en primaria me defendió de un niño que me golpeaba en la salida de la escuela.
Con el pasar de los años Leonardo se mudó, nos encontramos una que otra vez, pero lo veía casi igual, hasta le decía en forma de broma “Dorian Gray”.
Con su encanto extraño conquisto a María Luisa, la muchacha más bonita de toda la barriada. Luego de un par de meses terminaron y ella comenzó a detestarlo.
Tenía una agenda especial llena de números de teléfono ordenada alfabéticamente. Encontrabas desde Ana, Beatriz, Carla, Edilma hasta Zoraida…
Enamorado del amor
Leonardo nunca duraba más de seis meses con una mujer. Esa era como una especie de regla que tenía.
Estudié derecho influenciado por Leo, en segundo año ya él técnicamente había culminado materias y terminado la tesis, pero le faltaba sustentar.
Nunca se me olvidará un martes del mes de octubre, tras una jornada de protestas donde hubo varios detenidos Leo se ofreció en ayuda legal. Luego de lograr que los liberarán sin pagar una multa, Leo entró a la facultad y quedó flechado con Mercedes.
Mercedes era una chica muy hermosa e inteligente. Ese día tenía una mini falta blanca ceñida al cuerpo, una blusa corta y unos tacones enormes.
A pesar de no medir más de 1.60 centímetros y tener -en sea época unos 22 años-, esa mujer se paraba de tú a tú con cualquiera.
Leo se le acercó, le extendió la mano y se presentó. Mercedes lo miró de los pies a la cabeza. ¡En serio que esa es tu mejor carta!. Él jamás se espero que la chica llaverito fuera tan osada.
A la siguiente semana Leo estaba en la facultad organizando cursos para preingreso, -era su excusa para estar en la U-.
Leo se pasó seis meses tratando de enamorar a Mercedes, por aquel entonces ella era liberal en cuanto amores.
Mercedes le confesó a mi novia -Esmeralda- que le gustaba Leo, pero sabía que él solo quería algo pasajero.
A pesar de ello, un buen día Mercedes comenzó a salir con Leo, eran inseparables. A los tres meses de salir Merce terminó con Leo, sin mayor reparo.
El hombre que se jactaba de tener un manual para conquistar, no soportó que lo dejarán. Se desapareció por varios días hasta que un compañero lo sacó de una cantina, donde llevaba una semana ahogando las penas.
A pesar de que lo quería mucho, Mercedes decidió dejarlo, antes que él la dejará.