Por Grisel Bethancourt y Francisco Rodríguez Morán
Los recientes actos protagonizados por los diputados Kayra Harding y Jairo Salazar (Bolota), el pasado miércoles 22 de abril, durante una reunión de bancada del Partido Revolucionario Democrático (PRD), ha captado la atención de la opinión pública dejando a un lado, en un papel muy secundario la grave pandemia del Covid-19 en Panamá y los brotes sociales que exigen desde sus trincheras alimentos y solución para sus familias. La política arrecia y la empresa privada se afinca.
Esta semana cuando todos deben acatar las restricciones sanitarias obligatorias a nivel nacional, se han convertido en episodios confusos de desafío y desesperación para captar la atención de las autoridades nacionales en reclamo de un bono solidario de 80.00 balboas o una bolsa de alimentos, que coadyuven a la situación socio-económica grave que viven miles de panameños y extranjeros en nuestro país.
El Covid-19 se ha mantenido silencioso, atacando a incautos sin avisar, las cifras han superado las 5,166 mil personas infectadas en comparación con las de la región y de nuestros vecinos, Costa Rica (681 casos) y Colombia (4561), hasta el 22 de abril, según cifras oficiales sanitarias. Los efectos del coronavirus agresivo que nos invade epidemiológicamente, causa otros efectos que no se desligan de la responsabilidad del Gobierno Nacional en superar la crisis de salud en la población, y que ha provocado un desprovisto a los ciudadanos de su confort mediante el esfuerzo diario de un trabajo en el ámbito privado, público o informal, para mitigar los embates de la pandemía.
Tal es la suerte de más de 68 mil personas que han sido cesadas de sus puestos de empleo, según cifras oficiales del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral. Para ello, la Asamblea Nacional aprobó en tercer debate el proyecto de ley 287, el cual establece un periodo de tres meses de moratoria que permite aplazar los pagos en financieras, la banca, cooperativas y que de antemano ya habían tenido una respuesta del sector privado. A esta iniciativa se unía la promesa del no corte de los servicios públicos, agua, luz, teléfono y el pago de las mensualidades de la educación privada, que aún se encuentra en una disyuntiva.
Los intentos del Parlamento, no han tenido su efecto en el Ejecutivo, una semana tras otra, después de la aparición del Covid-19 en Panamá. La moratoria sigue siendo una utopía para muchos.
Mientras se dan este tipo de situaciones complicadas y repudiadas en la Asamblea, las cifras del coronavirus siguen en aumento. Más gente contagiada surge en el país y aumentan los brotes de protesta en diversos puntos, dejando como saldo arrestos ante la desesperación de gran parte de la población, que ha salido a las calles en demanda de alimentos y sus derechos.
Escándalo político, economía y corrupción
El 22 de abril, la bancada mayoritaria del PRD en la oficina de la Presidencia del Palacio Legislativo, en la cual analizarían la situación del país en medio de la crisis generada por el Covid-19, desbordó las tensiones ante la falta de sanción de la ley de Moratoria y la introducción de cambios penales, a quienes provoquen saqueos y protestas.
En ese punto el diputado de Colón Salazar y su copartidario Mariano López, tras una diferencia de criterios sostuvieron una discusión, según versiones emanadas de la Asamblea y en la que posteriormente Harding, toma el protagonismo y acusa a Salazar de haberla agredido a ella y a López.
Este impase, surte efecto inmediato en redes sociales e irrumpe en medios. El discurso del presidente de la República, Laurentino Cortizo a escasos minutos de su intervención a la Nación, desviaba la atención de los verdaderos propósitos de ayuda económica a la población que no encontró el llamado a una moratoria; mientras en otro escenario político dos de sus copartidarios se acusaban unos a otros. En el discurso presidencial se habló de fútbol, salud, epidemiología, construcción, empresarios, economía, un largo etcétera, sin llegar al punto medular de lo que exige la población.
El dirigente social del Movimiento Porque nos importa Colón, Luis Ladeutt, en conversación con el Digital Panamá considera que hay quienes quieren distorsionar el tema de la moratoria del tema real. “Los bonos no están llegando a todos”, apuntó Ladeutt.
Otro de los puntos que resaltó Laudeutt, es que la Asamblea no ha delegado una comisión para tocar el tema de la moratoria, para que el presidente Laurentino Cortizo, firme la ley.
El dirigente agregó que los diputados pueden aprobar esta Ley, por insistencia. A escasos días del cierre de las sesiones de la Asamblea, Jairo “Bolota” Salazar ha centrado su protesta desde su curul cuestionando la no sanción de la moratoria por el Ejecutivo, señalando que lo ocurrido este 22 de abril entre perredés es “sospechoso”; mientras que su copartidaria Harding no dudó en acudir al ámbito legal y establecer un alejamiento por supuesta violencia contra la mujer. Bajo un grado de exaltación y golpes a la curul, Harding hizo públicas acusaciones personales contra Salazar “Bolota”. El tema del Covid-19 en materia de salud, no estuvo dentro de sus discursos.
El economista y docente universitario, René Bracho, miembro del Consejo Técnico de Economía de Panamá, frente a la crisis en la Asamblea y en la población panameña abordó el tema de la moratoria, estableciendo que “es una propuesta que busca aliviar la presión financiera sobre la ciudadanía económicamente afectada por la epidemia”.
“Dicha medida puede tener efectos positivos en términos sociales y políticos, garantizando tranquilidad y estabilidad social, ya que están proliferando conatos de protestas en todo el país por la situación de pérdida de ingreso que padecen segmentos significativos de la población”, apuntó el economista.
En la marcha del tema de la moratoria, surgió la sanción de la ley 296, que permite al Ejecutivo disponer del Fondo de Ahorros de Panamá (FAP), para generar la entrega de bonos a la población ante la pandemia. Fondo que sobrepasa los 1 mil millones y que se utilizarán según el gobierno de forma comedida. Los bonos han pasado de 40 a 80 balboas, siendo entregados a través de los gobiernos locales, lo que ha generado intranquilidad y protestas en la población.
Sin embargo, hay una apuesta más tangible, a parte de los bonos y bolsas de alimentos para rescatar la tranquilidad social que ofrecería la moratoria, la cual favorecería la imagen del país como economía con grado de inversión y país estable para inversiones de cara al momento de la recuperación post-epidemia, acotó el economista y docente, Bracho.
Rebeca Yanis Orobio, socióloga y presidenta de la Federación de Asociaciones de Profesionales de Panamá (FEDAP), cuestionó el hecho que los diputados aprobaran el FAP, “al final sabemos a dónde van a quedar esos miles de balboas”, en las grandes y medianas empresas del país que no podrán ninguna cuota de sacrificio en esta pandemia, porque tienen el respaldo absoluto del gobierno actual.
Yanis Orobio sostiene que hay una triangulación perfecta a favor del empresariado y difusa, inconclusa, incoherente para la masa trabajadora formal e informal.
El problema más grave de nuestro país que es la corrupción, está bandeándose por todas las esquinas, tranquilamente porque la ciudadana y el ciudadano está resguardando su vida en sus hogares, mientras que el gobierno con sus amigos empresarios, está haciendo los grandes negocios sin licitaciones., sin controles previos, y no sabemos dónde está el Contralor, refutó la presidenta de la FEDAP, en sus críticas al manejo económico ante la pandemia del Covid-19.
La crisis profunda institucional, ética-moral y de derechos ciudadanos y civiles de nuestro país, hoy a través de decretos y leyes, desde un esquema represivo, para reprimir la protesta social y que tenemos todos los días para pedir alimento, lo que hace, es cerrar el círculo de los problemas de corrupción e inequidad, enfatizó Yanis Orobio, posición discutida con 40 organizaciones que piden cambios constitucionales originarios.
Las disyuntivas y críticas a la situación económica del país surgieron ante el tuit del presidente Laurentino Cortizo, que exaltó la entrega de un borrador para el denominado “Dia D” o “post coronavirus”, que tomará en cuenta la entrada progresiva de apertura de algunos sectores económicos en regiones con bajos índices del Covid-19.
En este sentido, el galeno e infectológo, Xavier Sáez-Llorens en su cuenta de tuiter especificó que “la cuarentena y apertura gradual, escalonada y planificada (generalizada o focalizada) de la actividad económica y social del país, es importante mencionar que tendremos “picos” intermitentes de ahora en adelante y será posible revertir algunas restricciones de forma cíclica”.
Mientras que el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus aseguró este 22 de abril que “el coronavirus estará con nosotros durante mucho tiempo y puede volver a crecer fácilmente”.
En el mundo el coronavirus ha infectado a 2,5 millones de personas y ha provocado 180 mil muertes.
Los casos hasta ayer, 23 de abril en Panamá, oscilaban en 5,166 confirmados con Covid-19, unos 174 nuevos casos; con 146 personas fallecidas y 271 recuperados epidemiológicos. Panamá mantiene la mayor cantidad de contagios con 3,358 casos, seguido por Panamá Oeste con 1,047 casos por Covid-19, área que concierne en la política a la diputada Harding por el circuito de Arraiján y la provincia de Veraguas con 208 casos en los tres primeros lugares de proliferación del virus. Colón se mantiene con 170 casos, provincia natal de Salazar, la cual ocupa la cuarta posición de personas contagiadas.
El Covid-19 sigue silencioso en la población, las disyuntivas surgidas toman otro rumbo económico y social, y que no tienen un panorama claro desde la perspectiva gubernamental; mientras se abre más la brecha económica del pueblo panameño, el virus sigue acechando en materia sanitaria.
