Esteban Cecilio Girón lleva más de medio siglo honrando a la patria al transformar el barro en piezas únicas de artesanía, un oficio que le permitió sustentar a su familia y educar a sus seis hijos, aunque no le garantizó el acceso a la protección social necesaria para vivir una vejez digna.
Este maestro artesano de 78 años, oriundo del distrito de La Arena, forma parte de los 7,820 herreranos que reciben el apoyo social del programa 120 a los 65 del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), una ayuda que cada trimestre reconoce el esfuerzo de quienes trabajaron toda su vida, pero que aún viven en condición de pobreza pese a sus años de sacrificio.
Pese a las limitaciones vividas, para Esteban convertir el barro en jarrones, tinajas, floreros y potes es una verdadera virtud. Cada vez que sus manos se funden con la tierra, se conecta con su historia y la de sus antepasados, aquellos que moldearon el barro para crear los primeros recipientes donde guardaban sus alimentos y, sobre todo, el agua, fuente de vida y símbolo de supervivencia.
Para Esteban, la artesanía es mucho más que barro moldeado: es cultura, identidad y tradición. Es un oficio que lo llena de orgullo, le da propósito y lo mantiene activo y conectado con la esencia de su pueblo.
“Creo que todos los adultos mayores, debemos realizar un oficio que nos mantenga ocupado. Mi trabajo no me ha hecho más rico, pero si feliz, porque mi arte cuelga en muchos hogares”, destacó Esteban.
Cada pieza que Esteban crea es moldeada y decorada a mano, dando vida a obras únicas. Con el barro, elabora figuras de loros, ranas, abejas, mariposas, gallinas, gansos y otros animales que, al recibir el color, parecen cobrar vida. Sus creaciones llenan de encanto balcones, terrazas y portales, llevando consigo la esencia del trabajo artesanal.
El proceso para elaborar una sola pieza es riguroso y meticuloso. Todo inicia con un viaje al distrito de Santa María, donde Esteban adquiere una tierra especial: un barro de consistencia única, ideal para el modelado.
Luego, selecciona y limpia la arcilla, la amasa y le da forma con ayuda de moldes; añade arena para darle resistencia, y finalmente deja secar cada figura de manera controlada antes de hornearla a altas temperaturas, etapa que consolida su forma y la convierte en una expresión tangible de arte y perseverancia.
Esteban asegura que mientras tenga fuerza, sus manos seguirán unidas al barro, dando forma a la herencia cultural que ha mantenido viva por décadas.
El alcance del programa 120 a los 65
Cada trimestre, el Gobierno Nacional desembolsa cerca de 42.1 millones de dólares a través del programa 120 a los 65 del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), con el objetivo de atender a más de 117 mil panameños que enfrentan una vejez en condición de vulnerabilidad, sin acceso a una jubilación ni a los recursos necesarios para cubrir sus necesidades básicas.
Este programa brinda a sus beneficiarios la posibilidad de adquirir alimentos, medicamentos, artículos de aseo y productos de primera necesidad, contribuyendo a que puedan mantener una vida más digna y decorosa.
La mayoría de los beneficiarios se concentra en el grupo de 75 a 79 años, con 31,893 personas; seguido por quienes tienen entre 70 y 74 años, con 30,400, y aquellos de 80 a 84 años, que suman 21,534 panameños.
En cuanto a la distribución territorial, las provincias con mayor cantidad de beneficiarios son Panamá, con 21,415 personas; Chiriquí, con 18,356; y Veraguas, con 16,065, reflejando el alcance nacional y el impacto social del programa en la vida de las personas mayores del país