Panamá se suma, por tercera vez, al Programa Internacional para la Evaluación del Estudiante, o prueba PISA, en que participaron 85 países y regiones del mundo, que buscan tener un referente nacional y global del estado de la educación.
Es una valiosa oportunidad para conocer las experiencias de implementación de políticas educativas que ocurren en otras regiones y aprender de estas pruebas que mide la capacidad de los jóvenes de 15 años. Se utilizan estrategias para identificar desafíos que enfrenta el sistema educativo y por sus conocimientos y habilidades en lectura, matemática y ciencia para enfrentar la vida real y que aportan a su plena participación en la sociedad del conocimiento.
Según la directora de Evaluación Educativa, Gina Garcés, Las pruebas se aplicarán hasta el 31 de agosto. Cubren 6,300 estudiantes de las 16 regiones educativas del país y, actualmente, se aplica en las regiones de Bocas del Toro, Los Santos, Herrera, Coclé, Panamá Centro y Oeste, y la comarca Guna Yala. Es una muestra representativa que se escoge al azar para obtener datos confiables y así planificar estrategias que permitan realizar los ajustes pertinentes.
Las pruebas presentan resultados con relación a lo que saben los estudiantes y lo que pueden hacer con lo que saben, así como sus actitudes ante el aprendizaje y su contexto social y cultural.
Esta prueba le permite a Panamá tener información como un insumo para monitorear la evolución del aprendizaje de los estudiantes y los resultados del sistema educativo nacional. Además, permite el diseño de políticas públicas que beneficien a la educación.
Al obtener la información requerida, se permite a las autoridades educativas identificar qué desafíos son los que se enfrentan en el sistema educativo y proponer e implementar las acciones pertinentes para reducirlos y para que más oportunidades de aprendizaje lleguen a todos.
