Gana el planeta, gana tu economía doméstica, ganamos todos. Con esta premisa se puede abordar el tema de las buenas prácticas en pro del resguardo del ambiente que a todos conviene aplicar en la cotidianidad. Hay desde mecanismos sencillos hasta los que requieren más recursos y técnicas, pero todos giran en torno a la protección del planeta en general, la minimización de la emisión de agentes contaminantes y el uso racional de los recursos no renovables, entre otras metas.
Una de esas buenas prácticas es el ahorro que, entendido en un sentido amplio y desde varias perspectivas, es una estrategia para proyectar el futuro con optimismo, responsabilidad y constancia. De allí que dedicamos estas líneas a compartir propuestas sencillas, a propósito del Día de la Tierra, para aplicar el ahorro en el ámbito del hogar específicamente, que en conjunto contribuyen a ser más amigables con el ambiente y, a la vez, aportan soluciones para optimizar los gastos hogareños.
Tácticas y recursos sencillos
Una oportunidad sencilla de disminuir el consumo de electricidad es el uso de bombillos fluorescentes y los de tipo LED, porque consumen entre 50 y 80% menos de energía que los de tipo incandescente o tradicionales, produciendo la misma cantidad de luz. En el caso de las luminarias LED transforman un gran porcentaje de su energía en luz y sólo un pequeño porcentaje en calor, además no necesitan tiempo para calentarse, alcanzando 100% de rendimiento desde el momento que se encienden. Además, son reciclables y duran más que las demás. No está demás recordar que una forma de evitar el derroche de energía es apagar las luces de las áreas de la vivienda mientras no hayan personas en estas.
Otra forma de ahorrar en electricidad en casa, es mejorar el aislamiento térmico, ya que una importante cantidad de energía se consume en mantener sus espacios a la temperatura requerida, sea en época de frio o de calor en el exterior. Por ello es conveniente mantener cerradas o abiertas las ventajas, rendijas o puertas. Cuando la temperatura externa es alta conviene emplear persianas y cortinas, para evitar la transmisión del calor. Si se necesita renovar el aire de una habitación, se sugiere abrir las sólo el tiempo necesario; en condiciones normales, son suficientes diez minutos. Tanto los aires acondicionados como los radiadores deben contar con termostatos en buen estado, de manera que sea posible racionalizar el consumo de energía eléctrica, de acuerdo con las temperaturas alcanzadas con el funcionamiento de los equipos.
Una buena inversión en función del ahorro de agua, es la adquisición de un lavavajillas porque de acuerdo con las mediciones de expertos y fabricantes de este electrodoméstico, el gasto del vital líquido es mucho mayor cuando se lava a mano que cuando esta tarea se cumple con apoyo de este equipo. Hay que considerar que estos equipos suelen contar con varios tipos de lavados de acuerdo con la cantidad de platos, vasos y otros utensilios de la cocina, de manera que se optimiza la cantidad de agua que se emplea.
Opta por equipos ahorradores
Según especialistas en el tema, el consumo de energía eléctrica en el hogar tiene su origen principalmente en el uso de electrodomésticos -como refrigeradores, lavadoras, aires acondicionados y lavaplatos-, seguidamente de equipos para calefacción o enfriamiento y en tercer lugar los calentadores de agua para las instalaciones sanitarias. Por ello existe un tipo de tecnología que busca la máxima eficiencia de los equipos, entendida como el desempeño eficaz con mínimo consumo de energía eléctrica, de agua y de insumos de otra naturaleza.
Entre los aires acondicionados del mercado actual, por ejemplo, están los que funcionan de acuerdo con criterios de ahorro energético, poseen tecnología ecológica y emplean refrigerantes ecoamigables. Por ejemplo, los acondicionadores de aire Wind-Free de Samsung mediante inteligencia artificial, evalúan las condiciones del área, las temperaturas y los modos de refrigeración preferidos por el usuario e, incluso, el clima al aire libre para cambiar automáticamente el enfriamiento óptimo de la habitación. Estos equipos de la marca surcoreana cuentan con la tecnología Digital Inverter Boost, en la que el compresor es más eficiente: ralentiza una vez que se alcanza la temperatura deseada en la habitación y luego solo tiene que acelerar ligeramente cuando la temperatura vuelva a subir, lo que significa que el consumo de energía es menor. Incluso cuenta con un sensor de detección de movimiento que cuando no haya personas en el ambiente funcionará ajustado para evitar desperdicio de energía. Y para mayor aporte ecológico, emplea el refrigerante R32 de próxima generación, que ayuda a conservar la capa de ozono y tiene un bajo impacto en el calentamiento global, en comparación con los refrigerantes convencionales.
Otro electrodoméstico que puede emplearse con criterios que favorezcan el ahorro de energía es la lavadora. Cada vez que se use, conviene activar ciclos de acuerdo con la carga de ropa, además de colocar la cantidad de detergente con vasos u otro recipiente de medición, de manera que pueda asegurarse la medida exacta y necesaria. En el caso de la marca Samsung Electronics, la lavadora Samsung QuickDrive emplea sensores para detectar el peso de la ropa antes de calcular y dispensar las cantidades ideales de agua y detergente. Adicionalmente, con la tecnología EcoBubble se disolverá eficazmente el detergente y lo mezclará con aire y agua para crear burbujas que penetren completamente las telas para eliminar incluso las manchas más difíciles. En cuanto al ahorro de energía, este equipo reduce los tiempos de ciclo de lavado hasta 50%, y el uso de energía en 20%, sin comprometer el rendimiento de la limpieza.
En general, se puede optar por equipos que tengan la etiqueta energética que indica si es más o menos eficiente en cuanto al consumo de electricidad. Este mecanismo clasifica el rendimiento del aparato con siete letras que van de la A a la G. Los de clase A son los más eficientes y los de clase G, los menos eficientes.