En un esfuerzo conjunto entre los ministerios de Gobierno y Educación hemos implementado el programa en el que personas privadas de libertad realizan labores de mantenimiento y limpieza en escuelas del país, una contribución importante en la educación panameña y a vez un paso hacia la resocialización y reintegración social de la población penitenciaria.
Hoy un total de 72 privados de libertad brindan su mano de obra en los centros educativos Puente Blanco, Profesional Isabel Herrera de Obaldía, Nuevo Chorrillo y Lucas Bárcenas, ubicadas en las provincias de Bocas del Toro, Panamá Oeste y la ciudad capital.
La iniciativa no solo aporta a la mejora de las condiciones físicas de las escuelas, sino que también brinda a los participantes la oportunidad de adquirir habilidades prácticas que les serán útiles en su reinserción a la sociedad. A través de estas labores, los privados de libertad no solo están contribuyendo a la educación de los niños y jóvenes, sino que también están construyendo un sentido de responsabilidad y propósito.
El impacto de esta acción va más allá de la limpieza y el mantenimiento. Al involucrar a estas personas en actividades productivas, se fomenta una cultura de trabajo en equipo y se promueve un cambio de mentalidad que es crucial para facilitar su adaptación una vez que recuperen su libertad. Además, la comunidad también se beneficia al recibir espacios educativos más limpios y ordenados, lo que contribuye a un entorno propicio para el aprendizaje.