Siempre
Como ya es costumbre día a día es igual
No hay nada que decir ante la gente es así
Amigos simplemente amigos y nada más
Pero quien sabe en realidad
Lo que sucede entre los dos
Si cada quien llegando la noche finge un adiós. Simplemente Amigos de Ana Gabriel.
Me gusta usar metáforas, analogías e incluso hipérboles, para plantear problemas o temas de interés.
Para explicar o poner en contexto una hipérbole es una exageración de un hecho, una circunstancia o un suceso, en buen panameño es una forma de aumentar o disminuir de forma exagerada lo que se manifiesta para dar un mensaje.
Sin embargo, en el amor es mejor ser directo para evitar malentendidos o malas interpretaciones.
Cuando se habla de las amantes, la novia oficial o esposa se referirá a esta mujer como ” la perra, la zorra, la quita marido”… y mejor no sigo. Ya me captan la idea.
Hay muchas circunstancias por las que un hombre busca una relación extramarital. Y para ellos hay varios tipos de amantes.
Pero resulta que ésta no siempre es la villana de la película – un cliché muy común-, en realidad muchas veces es una víctima de las circunstancias.
Vive con la esperanza de que el hombre del cual está enamorada un día entre y se quede por siempre. Su cabello negro azabache poco a poco entre noches de desvelo mojando las sábanas con lágrimas en lugar de elíxir de la pasión se van convirtiendo en finos hilos de plata. Poco a poco pasan de ser jóvenes a mujeres solas esperando por un amor que nunca llegará.
Puede que en un principio estaba consciente de que su amor era casado, pero en el corazón no se manda. Lo que comenzó como un “acostón” o “grubeo” se convierte en su mayoría en una relación tóxica.
El infiel puede estar enamorado también, sin embargo, por el miedo a empezar de 0, prefiere cargar con una doble vida.
Pasan navidades, Años Nuevos, fiestas, cumpleaños y demás con la esposa; mientras la otra está sola, esperando un chat, una llamada o el timbre de la puerta de su amor eterno.
Por otro lado, nunca falta la esposa vengativa. Me tocó un caso en el que a la chica le hicieron un collage de fotos de sus partes íntimas y lo mandaron a las redes sociales. Perdió su trabajo, su familia la juzgó por confiar en su amado que le había pedido fotos de su conejita. Siempre he dicho que el mayor enemigo de una mujer es otra mujer.
Ahora, también están los cínicos que les da igual si la amante y la esposa sufren -sin mencionar a los hijos que pueda tener con ambas-.
Estos caballeros si detectan que a su esposa o segundo frente la corteja otro, en seguida se le activan los celos y hacen todo lo posible para espantar a una posible competencia.
No profundizaré en este punto, pero una mujer casada puede tener un amante, ya sea joven para buscar colágeno o uno de su edad.
Retomando el hilo…
El infiel llega a jugar o a manipular los sentimientos de una incondicional, la usa como el corcho de la mesa… Nunca han visto una mesa que baila o con una pata chueca, le pones un corcho y se acomoda. Una amante puede compensar alguna falencia de la esposa, en la cocina, en el hogar, sentimentalmente o en la cama. Puede ser una meretriz al hacer el amor, literalmente dar lo que la señora del anillo de matrimonio no da, pero él después de una o dos horas de pasión regresa a casa a ser el marido y padre ejemplar que aparenta ante la sociedad.
Hay un dicho muy popular que reza: “el que juega con fuego, se quema”, al final alguien se da cuenta de la infidelidad y el Casanova puede perder hacha, calabaza y miel.
