Por Filemón Medina Ramos Periodista y líder sindical
Sin duda, los tiempos han impuesto una nueva dinámica en el ejercicio del periodismo, sobre todo con el avance acelerado de las nuevas tecnologías, el surgimiento de las redes sociales y las plataformas digitales; por lo que, la formación profesional en las universidades, y en todo el sistema educativo, debe volver a lo básico, a los valores y principios éticos, para construir un periodismo con credibilidad, respeto y confianza.
El periodismo ético exige valor e inteligencia, por el tratamiento que se da de un hecho informativo, sin miedo, sin favoritismo, lo cual exige de nosotros un compromiso social, un compromiso con un periodismo de calidad, que fortalezca la participación ciudadana y el desarrollo eficaz de derechos fundamentales, como el de la libre expresión del pensamiento, estimulando el debate y la construcción de opinión. Además de la verdad y honestidad necesarias, más allá del mercantilismo, de la calumnia e injuria, que algunos privilegian.
Este comportamiento ético puede representar un riesgo económico, es cierto, pero al mismo tiempo construye lealtad, entre los lectores, oyentes y televidentes, que debe ser lo primordial.
Esa gran audiencia social, en su sabiduría popular, sabrá diferenciar entre los dos tipos de periodismo posibles, en estos momentos, aquel con más o menos ética.