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La irrupción de la IA en el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Panamá

Aaron Samuel Bracho Mosquera

En las vísperas de inicio del primer semestre 2025, en la red social Instagram, una página panameña de memes, publica una imagen que retrata la asociación de mancuerna establecida entre estudiantes universitarios y la plataforma de inteligencia artificial Chat GPT, en el camino a la finalización de la carrera universitaria.

La imagen en cuestión denota un hecho que no es ajeno a nivel de la educación superior en Panamá, en América Latina y el mundo. La irrupción de la inteligencia artificial (IA), en distintas dimensiones del proceso de enseñanza aprendizaje e investigación, son un hecho concreto en nuestra realidad universitaria y sus implicaciones forman parte de un debate en universidades de todo el mundo. La discusión discurre en el plano ético y en las posibilidades de desarrollo cognitivo de los estudiantes que utilizan estas herramientas tecnológicas.

Como profesor de historia me surge la inquietud de ¿Cuál es el impacto de la inteligencia artificial en los procesos enseñanza aprendizaje de la historia? Este escrito reflexiona sobre esta cuestión presentando una valoración crítica de esta irrupción tecnológica y sus implicaciones en el crecimiento del discente.

El problema que subyace en la discusión actual y que preocupa a los académicos es la futura incapacidad a nivel de comprensión de lectura, resolución de problemas de diferente complejidad, la formulación de argumentos científicos y el desarrollo del pensamiento crítico. Quienes defienden el uso ilimitado e irrestricto de la IA advierten sobre la inevitabilidad de la tendencia tecnológica en la resolución de los problemas del ser humano por medio de la IA y el inexorable reemplazo de seres humanos en determinados trabajos.

En la práctica educativa universitaria es un hecho notorio que cada vez más estudiantes universitarios apelan al uso de la inteligencia artificial en sus múltiples y diversas manifestaciones para el desarrollo de diferentes asignaciones, búsqueda de información y resolución de problemas en las asignaturas, relegando cada vez más el esfuerzo intelectual y cualquier forma de proceso mental complejo necesario para el cumplimiento de los objetivos pedagógicos y las competencias académicas a nivel universitario.

Desde la perspectiva de lo que significa la irrupción de este tipo de tecnologías y de su normalización en la educación superior, vale destacar las implicaciones en las asignaturas de ciencias sociales y especialmente de la historia. Las ciencias sociales y la historia estudian al ser humano a partir de sus interacciones sociales, los elementos de continuidad y discontinuidad que dan soporte a la cultura e identidad nacional, así como el escrutinio del pasado a través de la tradición oral, documentos y objetos que evidencian el desarrollo de una cultura material en el pasado.

En la Universidad de Panamá se dictan varias asignaturas en el tenor de la enseñanza de nuestro pasado: Historia de Panamá en el Mundo Global, Historia de Panamá e Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos. Estas materias se dictan en todas las carreras de esta casa de estudios superiores.

En la República de Panamá la enseñanza de la Historia es de carácter obligatoria para la educación básica general, media y superior tanto para instituciones oficiales como particulares, esto según lo establecido en la Ley 42 de 5 de agosto de 2002. El artículo 3 de esta ley señala que para garantizar su papel esencial en la formación integral del estudiante y en el fortalecimiento de su identidad y conciencia nacional, la enseñanza de la Historia de Panamá, la Geografía nacional y la Cívica debe impartirse bajo un enfoque intensivo, personalizado y autónomo.

El proceso de enseñanza – aprendizaje de la Historia de Panamá, debe ahondar en diferentes temáticas y dimensiones interdisciplinarias del conocimiento para profundizar en la comprensión de los complejos procesos de transformación y origen de las crisis del sistema mundo actual. El ejercicio pedagógico en el aula, el desarrollo y la investigación de la didáctica de la historia reconocen la dinámica cada vez más compleja del proceso de enseñanza – aprendizaje en esta disciplina y otras ciencias sociales, sobre todo con el desarrollo de tecnologías de la información y comunicación basadas en la IA.

La dinámica en el aula del proceso educativo a nivel universitario debe atender varios aspectos, así pues, el desarrollo de asignaciones, visitas a museos, sitios y rutas patrimoniales, talleres, pruebas parciales deben atender la necesidad que el estudiante desarrolle pensamiento crítico, expresión oral y escrita, capacidad de argumentación y complementariedad con la investigación científica.

El filósofo belga, Mark Coeckelbergh (2024) señala el papel que ha jugado la tecnología en diferentes etapas de la historia humana, como un mecanismo de control y poder, indistintamente del uso y utilidad social. Desde esta perspectiva los miles de estudiantes universitarios panameños que utilizan la IA, si bien es cierto logran desarrollar talleres, resúmenes de lectura y videos documentales, también es cierto, que van avanzando con deficiencias cognitivas sustantivas, además de proveer de datos de hábitos uso y consumo, que algunas plataformas pueden monetizar a escala global ofreciendo publicidad sugerente de diferentes servicios mientras se navega en internet, lo que pone en cuestión la navegación segura y la privacidad en línea de los usuarios.

En la actualidad existen una gran cantidad de aplicaciones de IA, sin embargo, entre las más populares en nuestro medio podemos mencionar las siguientes: ChatGPT, Géminis, Deepseek, Blackbox, Siri y Gamma. Unas más desarrolladas que otras, mientras que algunas están especializadas en tareas particulares.

Hoy en día la IA, se utiliza en diferentes áreas y diciplinas, en las ciencias sociales, analiza grandes volúmenes de datos para predecir tendencias de comportamiento; en el ámbito jurídico, automatiza revisiones de contratos o predice fallos judiciales; y en la política, optimiza campañas mediante el análisis de opinión pública. En las ciencias exactas (como la física o matemáticas), resuelve ecuaciones complejas o simula fenómenos, mientras que en las naturales (biología, química) acelera el descubrimiento de fármacos o el estudio del cambio climático. En medicina, destaca en diagnósticos por imágenes, personalización de tratamientos e incluso en la robótica quirúrgica.

La IA está revolucionando el proceso de enseñanza – aprendizaje de la historia al ofrecer herramientas como asistentes virtuales que responden dudas en tiempo real, plataformas adaptativas que personalizan contenidos según el ritmo del estudiante, y simulaciones interactivas que recrean eventos históricos (batallas o revoluciones) para una comprensión inmersiva. Además, algoritmos de procesamiento de lenguaje natural que analizan fuentes primarias, ayudando a contrastar perspectivas, mientras que la generación automática de cuestionarios optimiza la evaluación. Sin embargo, existen riesgos: el sesgo algorítmico puede distorsionar interpretaciones históricas (privilegiando visiones eurocéntricas), la sobredependencia de la IA podría reducir el pensamiento crítico, y la falta de contextualización emocional limita la reflexión ética sobre eventos traumáticos. Así, mientras la IA democratiza el acceso al conocimiento histórico, su uso exige supervisión docente y enfoques pedagógicos equilibrados.

En un artículo publicado en el MIT Technology Review la periodista Moira Donovan reflexiona y analiza sobre diferentes temáticas que van desde las bondades y las limitaciones sobre la uso de la IA en el proceso de gestión de la investigación histórica. Donovan (2023) profundiza en la necesidad que tienen los historiadores de utilizar herramientas informáticas para la investigación, partiendo de la base de la producción de grandes volúmenes de documentos históricos digitalizados, imágenes, audios y sistema de información geoespaciales.

Nos encontramos pues frente a una coyuntura histórica, en la que se presenta la disyuntiva que discurre, por un lado, entre contrarrestar el uso desproporcionado de los estudiantes de la IA en el desarrollo de asignaciones y talleres en cursos de historia, mientras que, por otro lado, debemos articular la incorporación de estas tecnologías en las múltiples dimensiones y temáticas de investigación en historia elementos necesarios en el proceso de enseñanza aprendizaje en historia.

Byung-Chul Han filósofo surcoreano nos alerta sobre el peligro del uso masivo de la IA y su función como mecanismos de control social en el mundo contemporáneo. Chul Han (2022) analiza la función social de la IA y la gestión de la información en medios de comunicación tradicional y las redes sociales, a través de la generación de líneas editoriales, emisión de noticias y su impacto determinante en procesos de naturaleza social, política y económica (elecciones políticas, invisibilización de hechos y fenómenos sociales, distracción y formación de opinión pública, movimientos en mercados bursátiles, estigmatización de actores sociales o naciones), este proceso es denominado por nuestro autor como: `dictadura de la información´.

Chul Han (2021) reflexiona en el prólogo de su libro No-Cosas, sobre la novela de Yoko Ogawa La policía de memoria, quien de forma metafórica se refiere a un régimen totalitario, que desaparece aspectos propios de la sociedad, objetos, incluso partes del cuerpo que son irrecuperables por los ciudadanos. Utilizando esta metáfora, en un juego de ironía el pensador surcoreano se refiere a la sociedad contemporánea, en donde, se da una

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