En un país donde el acceso a alimentos saludables es una prioridad, la leche se mantiene como un pilar fundamental de la nutrición diaria. Así lo afirmó Nallelys Caballero, nutricionista de la Asociación Nacional de Procesadores de Leche (ANAPROLE), durante una entrevista sobre el impacto de este alimento en la dieta de la población panameña.
La leche es rica en proteínas de alto valor biológico, aminoácidos esenciales, vitamina D, B12, complejo B y calcio, lo que la convierte en un aliado para fortalecer la masa muscular, mejorar la salud ósea y dental, y reforzar el sistema inmunológico. “No es solo un alimento tradicional, sino una fuente natural y completa de nutrientes necesarios en todas las etapas de la vida”, indicó Caballero.
En términos de consumo, ANAPROLE recomienda entre 2 a 4 porciones diarias en niños y adultos mayores, y entre 2 a 3 porciones para adultos. Estas porciones no se limitan al consumo directo de leche líquida, sino que pueden incluir derivados como yogurt, quesos, crema o productos deslactosados.
La especialista también señaló que la leche puede introducirse como alimento complementario a partir de los seis meses de edad, acompañando la lactancia materna hasta al menos los dos años, lo cual contribuye significativamente al desarrollo físico e inmunológico en la primera infancia.
Frente a personas con intolerancia a la lactosa, el mercado ofrece alternativas como la leche deslactosada o descremada, que conservan el valor nutricional sin generar efectos adversos.
Caballero concluye que mantener el consumo regular de leche y sus derivados no solo responde a una tradición cultural, sino a una necesidad nutricional respaldada por evidencia científica y adaptada a la realidad económica del país. La leche, afirma, sigue siendo una de las formas más simples y eficaces de mejorar la calidad alimentaria en Panamá.