La pubertad es el periodo de vida en el que se empiezan a experimentar ciertos cambios anatómicos importantes en el niño y la niña, que los hacen pasar de la infancia a la adolescencia y luego a la adultez.
En la niña este proceso inicia entre los 8 y 10 años de edad; y en los niños, entre los 9 años y medio y los 14.
El doctor Mario Perdomo, ginecólogo obstetra de la Policlínica “Dr. Carlos N. Brin”, de la Caja de Seguro Social (CSS) en San Francisco, indicó que esos cambios, en las niñas, se dan con la aparición de vello púbico, crecimiento de los senos, cambios notables en la aureola del seno y el periodo menstrual.
Estos pueden aparecer, antes o después de los 9 años, en cuyo caso es normal y dependerá de su metabolismo.
Señaló que con la aparición de estos signos lo recomendable es acudir al pediatra para que este, a su vez, las remita al servicio de ginecología infanto-juvenil para su evaluación y seguimiento oportuno.
Lo importante es que al llegar a la pubertad, tanto las niñas como los niños, mantengan sus controles de salud con su pediatra para evitar futuras patologías.
En el caso de los niños, los primeros cambios son los siguientes: crecimiento de estatura, ensanchamiento de hombros, crecimiento de los genitales externos, inicio de producción de espermatozoides, aparición de eyaculaciones nocturnas espontáneas (llamadas poluciones), aparición del vello (púbico, en axilas, genitales), bigote, barba y cambio en el tono de voz; entre otros.
Esa transición a la adolescencia, en algunos casos, afecta psicológicamente, pues aparece el egocentrismo y la incomprensión propios de esta etapa de la juventud.