InicioMásLa Turquía histórica y turística, sin novelerías

La Turquía histórica y turística, sin novelerías

Por: Marcos Castillo Pérez

Regresé a Estambul proveniente de El Cairo en un vuelo de tan solo dos horas y quince minutos, esta vez estaría más tiempo y terminaría de conocer la histórica ciudad separada del resto del territorio turco por el estrecho de Bósforo y unida por puentes, ya que una parte de su territorio está en el continente europeo y la otra en el asiático haciendo de Turquía al igual que Egipto un país transcontinental.

Me hospedé en una zona cercana a la plaza de Taksin que es el centro desde donde se puede llegar a los lugares más turísticos de Estambul, caminé por sus vías peatonales para llegar a la torre de Gálata, edificación cilíndrica construida por los genoveses en el barrio de Gálata y que fue por muchos años el edificio más grande de la ciudad, en el pasado se usó como faro y observatorio astronómico. Desde su cúspide se tiene una vista privilegiada de la ciudad por lo que visitarla es muy recomendable, además es una actividad que se puede hacer sin necesidad de guía turístico. Otros lugares famosos de Estambul que visité por mi cuenta fueron; la Mezquita Azul, conocida en turco como Sultanahmet Camii y la antigua iglesia de Santa Sofía, ahora mezquita Ayasofya

Tomé el metro desde la estación de Taksin Square hasta la estación de Kábatas, de allí abordé otro tren que luego de varias paradas me dejó en la estación de Sultanahmet donde se encuentran tanto la Mezquita Azul como Santa Sofía, en los alrededores de ambos templos había largas filas para ingresar a su interior, me dijeron que en octubre es una época donde la afluencia de turistas disminuye así que no me quise imaginar como serian las colas en temporada alta. Ambas edificaciones tienen sus historias, la Azul o mezquita del Sultán Ahmed fue construida entre los años 1609 y 1616, se distingue entre las demás mezquitas de Estambul por sus seis minaretes que son las torres desde donde el Muecín llama a la oración a los fieles musulmanes. La decoración interior de esta mezquita con sus veinte mil azulejos impresiona.

Por su parte Santa Sofía fue construida como una iglesia cristiana, luego paso a ser una mezquita tras la caída de la entonces Constantinopla en poder de los Otomanos. Posteriormente fue un museo y desde 2020 se le volvió a usar como mezquita. Es una edificación con elementos arquitectónicos bizantinos a los que se le han añadido con el tiempo elementos islámicos, esto la convierte en un templo único, junto a la mezquita azul son sitios imperdibles para quien visite Estambul. Algo que llamó mi atención en Egipto y Turquía donde se practica el islam es que el llamado a la oración se hace 5 veces al día por lo que se escucha en los parlantes colocados en los minaretes cuando el Muecín recita “el Adhan” o convocatoria a orar.

De Estambul me traslade a Capadocia para los turcos Kapadokya, tomé un vuelo de hora y media que me llevó a a esta región de la Anatolia central turca. Capadocia es conocida por sus formaciones rocosas como las chimeneas de hadas y sus paisajes que parecieran de otro planeta. Son muy visitadas sus ciudades subterráneas que excavaron los cristianos entre las rocas para construir refugios que les sirvieron para resguardarse de la persecución de las autoridades romanas y judías. Al ingresar a su interior se pueden apreciar, dibujos, inscripciones incluso frescos en el techo de algunos espacios utilizados como templos.

Muy cerca de allí se localiza Goreme un museo al aire libre donde se encuentra Zemi Vadassi, que al español se traduciría como El Valle del Amor, un lugar para quedarse contemplando y fotografiando por horas un paisaje de apariencia prehistórica con formaciones rocosas que son el producto del proceso geológico de la naturaleza.

Otro lugar igualmente bello es El Valle de Devret, también conocido como Valle de las Imaginaciones; con formaciones rocosas que se asemejan a figuras de animales y de diferentes formas lo que hace que conforme se observa y se camina se sienta la sensación de estar en un lugar mágico, ya que al mirar al horizonte se puede dar rienda suelta a la imaginación. Rehber una jovial y agradable turca de la ciudad de Izmir a quien tuve como guía privada, me comentó que Capadocia es Patrimonio de la Humanidad desde 1985 por su paisaje único y su patrimonio cultural que incluye sus formaciones rocosas, las ciudades subterráneas y su arquitectura rupestre antigua.

A diferencia de Estambul, Capadocia es una ciudad mas tranquila, con otro ritmo y con un paisaje completamente diferente. Debo destacar que el trato de la gente en Capadocia es atento y cordial, no puedo decir lo mismo de la gente de Estambul donde probablemente el ritmo de vida agitado influya en una actitud apática y a veces fría hacia el foráneo, otro aspecto negativo que experimenté fue el de las estafas a los turistas especialmente en los restaurantes. Hay que tener cuidado con los establecimientos donde sus productos no tienen los precios ya que a la hora de pagar pueden cobrar hasta el triple del precio real, ciertamente tampoco se puede decir que es un destino barato, el aumento de la afluencia de turistas como suele pasar hace que la especulación se posicione y los precios suban, todo esto muy a pesar de que en Turquía también se practica el regateo. Creo que algunas personas han romantizado Turquía influidos por el boom de sus telenovelas pero no siempre las cosas son como aparentan ser.

La ciudad es bastante limpia y segura, el sistema de transporte público es eficiente y con varias opciones como tren, tranvía, autobuses y metro, para el uso de estos servicios de transporte así como de los ferry que cruzan de un lado a otro de la ciudad o incluso de los baños públicos, se usa una tarjeta única llamada Istambul Card lo cual facilita y simplifica las cosas a los turcos pero también a los visitantes, esta tarjeta se puede adquirir en máquinas dispensadoras y es recargable. Estambul tiene fama por la gran cantidad de gatos que se ven en cada esquina, estos felinos son consentidos por la gente y se les puede ver en un parque público, una tienda o una librería. Turquía es un país grande y un destino que tiene mucho que ofrecer al turista, volvería para visitar nuevamente Capadocia y otras provincias ricas en historia, paisajes y cultura, disfrutar de su rica gastronomía sin que falte una aromática taza del te turco, bebida que ofrecen al comienzo y al final de cada comida.

El autor es expresidente del Colegio de Periodistas de Panamá

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