El resultado de los segundos exámenes que me realice no fueron nada buenos, como me lo temía. El doctor me recetó una medicina más fuerte para aplacar el dolor, me hice el fuerte para no flaquear delante de Maritza, quién ha sido mi incondicional.
No sé si es por el efecto de los fármacos o que, pero tengo algo parecido a una epifanía, tal cual como Lewis Carroll, cuando escribió Alicia en el País de las Maravillas u otra cosa.
Pues bien, les contaré esta historia….
Soñé con Hermes, el dios mensajero en la mitología griega. En esa cultura, esta divinidad tenía diversas funciones entre las cuales podemos contar la de mensajero, comerciante y buen orador. También se dice que era el encargado de llevar a las almas recién muertas al inframundo y al Hades.
Una de las características de Hermes es que se le representa usando una especie de zapatillas aladas… Esa imagen me recuerda en una ocasión que una mujer me dijo pon los pies en la tierra. Con el tiempo reflexione que no era tan literal esa frase, es decir cada quién tiene una óptica distinta de las cosas.
Para ella era un tipo inmaduro, en ese instante podríamos decir que me frustre -y mucho-, no vi más allá de mis narices, me cerré a una sola opción que estaba predestinada a fallar.
Sí, no llena sus expectativas; eso me llegó a confundir un mundo.
Brujas de la Noche
Y es que todo hombre, en algún momento se fijó en una Bruja de la Noche.
El 588.º Regimiento de Bombardeo Nocturno estaba integrado estrictamente por mujeres pertenecientes al Ejército Rojo Soviético en la Segunda Guerra Mundial. Estas mujeres volaban a poca altura en unos aviones de madera de noche para luego caer en picada sobre su objetivo, a la hora del ataque el aparato volador hacía una especie de silbido, que enloquecía y atemorizaba a los soldados alemanes.
Ese tipo de mujer, que sabes que te puede causar algún daño o que es desde cierto punto de vista inalcanzable para un mortal, es la que nos vuelve locos. De una forma u otras quedas literalmente meditando como Axl Rose: “porque nada dura para siempre y nosotros dos sabemos que el corazón puede cambiar y es difícil tener una vela en esta fría lluvia de noviembre” –November Rain de Guns N’ Roses-.