Por: Alfonso Fraguela
Uno de los sectores marginados de nuestra sociedad que no ve la posibilidad de una solución inmediata son nuestros jubilados. Año tras año, los apoyos que pueden recibir como bonos navideños y unos ajustes a sus pensiones, constituyen una curita en un dedo. Por no recibir lo suficiente para enfrentar sus necesidades de alimentación, medicinas u otros gastos que le brinden un nivel de vida cónsono con la situación económica actual.
En pocas palabras, sus pensiones quedaron estáticas, mientras el costo de la vida sigue subiendo.
Es cada vez es más frecuente, ver a nuestros adultos mayores más delgados y mal vestidos, porque simplemente el dinero no les alcanza, obligándolos en muchos casos a tener que sortearse la vida, eligiendo comprar las medicinas en farmacias privadas y restringiendo su alimentación. Los adultos mayores se encuentran en un nivel de olvido tal, que la única forma en que se les escucha es cuando cierran las calles y golpean las pailas, para ser considerados.
Los gobiernos no ven este problema como una clara violación a los derechos humanos, pues una población enferma y desatendida en ese sentido representará un costo adicional desde una perspectiva presupuestaria. El sector adulto de nuestra población no es atractivo para el sector empresarial, pues la experiencia no es valorada, por el contrario, desean contratar a personas jóvenes cuya mano de obra sea barata, y no incremente la planilla.
Es por ello, que necesitamos mayor atención hacia ese sector. La CSS debe iniciar un proceso de recomposición, encaminado a convertirse en una entidad eficiente, que utilice sus activos para invertirlos y que esos dineros se vean reflejados en ajustes en las pensiones, medicamentos y una excelencia en la atención hacía el asegurado.
No podemos seguir, expresando nuestra indiferencia cuando vemos frecuentemente a estos adultos desnutridos, y hasta abandonados por la falta de atención de salud y medicinas que es obligación del Estado.
Los adultos mayores se han convertido en fantasmas para los gobiernos, es decir, es un sector invisible de la sociedad, que no quieren atender, o que no saben que otra respuesta darles cuando el reloj de la vida para ellos sigue marcando tic, tac, y continúa avanzando.
Otro ejemplo de lo que digo es el pago de los intereses, de los dineros CEPADEM a los 600 mil ciudadanos, cuyos dineros fueron tomados por el gobierno en concepto de préstamo y que hasta la fecha no han sido entregados a estos. Se requiere dar esos primeros pasos, como muestra de empatía hacia esos panameños, que requieren ayuda, pero una ayuda notoria que permita aliviar su situación.