El marchitamiento de los bananos y los plátanos, causado por el hongo del suelo Fusarium oxysporum f. sp. cubense raza 4 tropical, es la plaga más destructiva de las musáceas y está considerada entre las diez más importantes en la historia de la agricultura. Este fitopatógeno para el país califica como una plaga cuarentenaria A1.
Se considera que la primera referencia en la literatura de esta enfermedad se ubica en Honolulu, Hawái. En Australia fue descubierta por primera vez en 1874 y poco después se informó de brotes de enfermedades en Costa Rica y Panamá en 1890. Así continuó propagándose por el continente devastando más de 250 mil hectáreas del cultivar Gros Michel hasta el año 1960.
Ante la alarmante propagación y agresividad de la enfermedad, la falta de adecuado control químico y agronómico del hongo y la alta susceptibilidad del cultivar Gros Michel las fincas fueron resembradas con el cultivar Cavendish proveniente de Vietnam, que mostró resistencia al hongo Fusarium raza 1 y aunque es un banano de menor sabor y muy sensible al manejo comparado con Gros Michel salvó y actualmente sostiene la industria bananera en el mundo y con esto se creyó resuelta la letal epidemia.
No pasaron muchos años cuando en 1967, en Taiwán, se descubrieron plantaciones de banano Cavendish que mostraban marchitamiento semejante al causado por Fusarium raza 1. En 1990, las investigaciones demostraron que se trataba de una nueva raza del mismo hongo, a la que los fitopatólogos llamaron Fusarium raza 4 tropical (Foc R4T). Igual que en el pasado, para esta nueva y letal cepa, no se tiene el control químico eficiente, la práctica agronómica ni la variedad comercial resistente.
Hasta agosto 2021, Fusarium raza 4, ha sido detectado en 24 países incluyendo un jardín botánico del Reino Unido. En el continente americano la enfermedad ya fue reportada en Colombia (2019) y en Perú (2021).
En la actualidad, el único control para esta epidemia es la exclusión del hongo con prácticas preventivas para evitar su ingreso a Panamá en material de siembra infectado, suelo contaminado adherido a herramientas, calzados, vehículos, maquinaria, tarimas de madera, contenedores, artesanías, mascotas, llantas, etc. Esto aplica para todos los puntos terrestres, aéreos y marítimos de entrada a Panamá para proteger las más de 10 mil y 7 mil hectáreas cultivadas en plátano y bananos respectivamente que representan fuente de miles de empleos, divisas y alimentos.
Desde el suelo, el hongo penetra la planta por las raíces, se obstruyen los conductos de agua y nutrientes iniciando un marchitamiento de las hojas bajas que se hace progresivo a las hojas más nuevas. Al final, la planta se marchita completamente, sus hojas se doblan y cuelgan del seudotallo y la planta irremediablemente muere. Este ciclo se repetirá una y otra vez sino se toman las medidas de contención y eliminación apropiadas.
El hongo Fusarium raza 4 no solo amenaza el comercio local de plátanos y el de exportación de bananos sino también la seguridad alimentaria regional. Cumplamos con las medidas de bioseguridad nacionales e internacionales.