Por: Alfonso Fraguela
Con el resultado de las elecciones del Colegio Nacional de Abogados, se abre un abanico de retos y metas por cumplir para la abogacía panameña.
El primero de ello, es el perfeccionamiento del profesional del abogado que sale a la sociedad con el fin de ofrecer en forma idónea sus servicios.
El examen de barra que fue una desde hace varios años, un compromiso finalmente se cristalizó. Lo cierto es que lo que se esperaba, no logró llenar las expectativas, ocasionando el más perverso impacto social negativo con la reprobación de los exámenes de ética y conocimiento generales que hizo la Corte Suprema de Justicia, evidenciando lo que está saliendo de la mayoría de las universidades.
La nueva Junta Directiva electa deberá desarrollar un trabajo de concienciación en los centros universitarios que enseñan Derecho a nivel nacional, para que los estudiantes graduandos, estén claros que la mediocridad no va acompañada de la mano con esta profesión.
El abogado debe leer, actualizarse, estudiar, escribir son cualidades mínimas de quien pretenda ser básicamente competitivo en esta disciplina. Esta mística de la cual hablo no puede ser solamente de quien entra al primer año de la escuela de Derecho, es el camino inquebrantable que recorrerá a lo largo de su vida, si pretende vivir del ejercicio de esta profesión.
El segundo de los retos será dirigir todos sus esfuerzos para hacer mucho más presente al Colegio Nacional de Abogados, en los temas nacionales.
Como expresó hace varios años uno de sus presidentes, Cesar Guevara, cuando expresó “El Colegio Nacional de Abogados debe ser faro y foro”, En otras palabras, debe cumplir una labor orientadora, de guía, inclusive hasta de mediador frente a temas nacionales que requieren un manejo equilibrado, imparcial, que brinde paz y que no se aleje de la labor encomendada desde su génesis como es luchar por el Estado de Derecho y el Respeto a la Constitución.
Actualmente, existen muchos temas importantes como el Contrato con la Empresa Minera, el mejoramiento del Sistema de Justicia, las elecciones generales del 5 de mayo de 2024, entre muchos más, que requerirán una especial atención.
