Se conocen como la generación luchadora, revolucionaria, desafiante y como los nativos de la tecnología, independientes y fuertes, son: la generación ‘copo de nieve o millennials’, los nacidos desde 1980 al 2000.
A esas particularidades le acompañan conceptos de ‘poca capacidad y de resistencia al trabajo’, caprichosos, susceptibles y con un sentido exagerado de lo que es políticamente correcto.
Carmen Ariza, psicóloga de la Unidad Local de Atención Primaria de Salud (Ulaps), de Capira, describe a los millennials, como un grupo ‘bastante particular, con niveles de superioridad, dominantes en su entorno y que no aceptan críticas, especialmente si atacan su inteligencia; se ofenden con facilidad’.
Esa personalidad, destaca la experta, ‘es un arma de doble filo porque con facilidad se deprimen, son ansiosos e inestables emocionalmente’.
Se atribuye esa vulnerabilidad a ‘la sobreprotección parental, que provoca que el joven no alcance la madurez necesaria, privándolos de las herramientas adecuadas para resolver cualquier problema o situación a los cuales tenga que enfrentarse’.
Frente este escenario algunos llegan al suicidio porque no demuestran capacidad para salir adelante ante situaciones.
De eso hay registros y, según informes de atención psicológica en la ULAPS de Capira, son los millennials, los que presentan el mayor grado de ansiedad y depresión.
‘Es la población juvenil. Casos que antes eran aislados, ahora marcan el mayor índice de enfermedades mentales’, relató con preocupación la especialista.