Por: Alirio Prado
Sindicalista
Mientras el pueblo se debate entre la inseguridad, la falta de políticas de Estado para generar empleos y la escasez de insumos en hospitales y centros de salud, el Gobierno parece insistir en distraer a la población con actos públicos y promesas que no se concretan.
En distintas regiones del país se multiplican las denuncias sobre escuelas inauguradas sin haber sido terminadas, hospitales sin medicamentos y programas sociales que no logran aliviar las carencias más urgentes. Sin embargo, los recursos del Estado se siguen destinando a eventos vistosos, giras oficiales y actos políticos que poco o nada contribuyen a resolver los problemas de fondo.
Hoy, la ministra de Trabajo visitará Aguadulce acompañada de una amplia delegación gubernamental. La pregunta que muchos ciudadanos se hacen es simple: ¿de dónde salen los recursos para estas movilizaciones? ¿De los mismos fondos que los ministros no han rendido cuentas?
Resulta preocupante que, mientras se exige austeridad y sacrificio al trabajador, el Estado continúe manejando sin transparencia aportes como el 1.25% que se descuenta mensualmente de las planillas de los empleados para el Seguro Educativo, un dinero que debería destinarse a fines sociales, pero que parece haberse convertido en un botín sin control ni fiscalización.
El pueblo no necesita más pan y circo. Necesita seguridad, empleo, salud, educación y rendición de cuentas. Es hora de que las autoridades comprendan que el bienestar de la nación no se construye con discursos ni espectáculos, sino con políticas serias y una administración honesta de los recursos públicos.