Por: Gilberto Marulanda
La historia de la humanidad está repleta de eventos trascendentales que han ejercido una influencia significativa en todo el mundo. No hay duda de que uno de estos eventos fue la Segunda Guerra Mundial; conflagración de la que, aunque Panamá no participó activamente con efectivos militares, no quedó exenta, sobre todo en lo referente a las corrientes ideológicas de la época.
Posición de Panamá durante la guerra: No es fortuito, como señala Rascón, que…
…en pleno apogeo de la guerra, el Gobierno de De La Guardia da la orden a través de la Policía Nacional de arrestar a todos los ciudadanos de nacionalidad extranjera con los cuales Panamá se encontraba en guerra (Ley N.° 104 del 10 de diciembre de 1941). Esto a raíz de las cláusulas del Tratado Arias-Roosevelt de 1936. También establece la prohibición de la inmigración de personas procedentes de países sitiados por las potencias del eje. (Rascón Palacio, febrero, 2010).
Una vez que Japón atacó las bases de Estados Unidos en Hawái y Filipinas, el entonces presidente, Ricardo Adolfo de la Guardia, mostró su solidaridad con el Gobierno de Franklin Delano Roosevelt.
Este «estado de guerra» se hizo extensivo a las otras potencias del Eje, Italia y Alemania, por la Ley N.° 104 del 10 de diciembre de 1941 . Entre otras medidas adoptadas, se suspendieron los derechos individuales establecidos en la Constitución Nacional con respecto a los súbditos japoneses y sus aliados por todo el tiempo que durara la guerra . Se facultó, además, al Poder Ejecutivo, para «celebrar acuerdos y llegar a arreglos» con el Gobierno de Estados Unidos con el objeto de «prevenir, impedir y repeler actos hostiles contra los intereses de los dos países o de sus aliados» (Pizzurno G., 1996: 298).
Panamá, una vez que Estados Unidos se involucró en la guerra, quedó prácticamente militarizada, con la instalación de 134 bases militares y la presencia de aproximadamente 67,000 soldados en el país. Además, se adhirió a leyes como la Ley Blackout, del Gobierno británico, que requería apagar las luces en caso de presencia aérea enemiga.
Panamá después de la guerra: Enmarcándonos en el contexto general, con la aparición de dos facciones ideológicas antagónicas en el mundo, Panamá, debido a sus estrechos vínculos con Estados Unidos, adoptó abiertamente la tendencia capitalista. Su ubicación geográfica, desde nuestro punto de vista, la impulsó a dirigirse firmemente hacia ese modelo económico liderado por Estados Unidos.
Económicamente hubo mejoras, como el caso de la circulación del dinero (numerarias) y las demandas de mercado local. También los mercados estuvieron abastecidos. Lógicamente, por desconocer el tiempo que duraría la guerra, disminuyeron las importaciones y reexportaciones.
En cuanto a la política exterior, de los 134 sitios de defensa originalmente solicitados hasta 1946, el Gobierno de los Estados Unidos había devuelto 65 al Gobierno de Panamá, manteniendo 69 aún ocupados por sus fuerzas armadas, usados en su mayoría como aeródromos. Frente a esta situación, y con la rendición de Japón, su excelencia Ricardo J. Alfaro J., ministro de Relaciones Exteriores, en representación del Poder Ejecutivo de Panamá, consideró que todos los sitios de defensa tenían que ser evacuados a más tardar en un año.
Lo anterior tuvo como consecuencia directa el rechazo del Convenio Fillós-Hines en 1947, hecho que afianzó las luchas estudiantiles y el espíritu patriótico a nivel nacional.
Por otro lado, una vez terminado el evento bélico, quedaron sus vestigios en el territorio nacional: bases militares, búnkeres antibombas y una grúa del régimen nazi que todavía opera en el Canal de Panamá y tiene por nombre Titán.
Desde la diplomacia, Panamá se convierte en miembro fundador de la Organización de las Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos y de toda una serie de organizaciones de diverso carácter que emanan de las dos anteriores. También es signataria de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es parte de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y, más recientemente, miembro de la Organización de Estados Iberoamericanos y del Sistema de Integración Centroamericana.
En lo económico, Panamá es parte del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco Centroamericano de Integración, del Sistema Económico Latinoamericano, de la Corporación Andina de Fomento y de la Organización Mundial de Comercio.
Tiene firmados acuerdos de Libre Comercio con México, Estados Unidos, El Salvador, Chile, Costa Rica, Perú. Acuerdos comerciales con Corea del Sur, Israel, República Dominicana, Nicaragua y con la Unión Europea (Gobierno de la República de Panamá-MICI, 2017).
En definitiva, Panamá es signataria de un largo listado convenios y tratados internacionales que regulan sus relaciones con el resto del mundo.
El autor es profesor de historia de la Universidad de Panamá