La declaración del papa Francisco está dándole la vuelta al mundo. El pontífice aseguró en un documental que “los homosexuales tienen derecho a ser parte de la familia” y agregó que “son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Nadie debería ser expulsado o sentirse miserable por ello”.
Evgeny Afineevsky, autor del largometraje, le preguntó al Papa sobre el lugar de la comunidad LGBTI en la iglesia católica y respondió que esta comunidad debe sentirse bienvenida en la iglesia. “Lo que tenemos que crear es una ley de unión civil”, dijo, señalando que “de esa forma estarán cubiertos legalmente. Es lo que yo defiendo”.
Este anuncio es algo histórico para los convencionalismos de la Iglesia Católica y para algunos es un gesto más de su transformación ideológica desde que es sumo pontífice. Antes de ser elegido, Francisco fue arzobispo de Buenos Aires. Cuando Argentina legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en 2010, el entonces cardenal Jorge Bergoglio llamó al hecho un “ataque destructivo al plan de Dios”.
El Papa también aprovechó el largometraje para señalar al gobierno de Donald Trump. En la película, y a menos de dos semanas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, condena la política del gobierno Trump en la frontera entre Estados Unidos y México, que ha dejado a miles de menores separados de sus familias y a la que llamó la “crueldad de la forma más alta”. La tensión entre el Papa Francisco y Trump se remonta a las elecciones de 2016, cuando el Papa rechazó el plan de Trump de construir un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.