Por Jorge I. González
Abogado
“Rechazamos toda acción militar de Estados Unidos contra Venezuela”.
Vemos con indignación el tránsito de barcos de guerra de la marina de Estados Unidos y el atracamiento de al menos, uno de estos, en el Canal de Panamá, en su paso hacia el Mar Caribe como parte de la escalada de asedio naval y creciente agresión militar ilegal de Estados Unidos contra la hermana República Bolivariana de Venezuela. Por principio, adversamos sin tiutubeo toda amenaza, ataque militar, formas de guerra híbrida, medidas de coerción o bloqueo, de Estados Unidos contra nación alguna de América Latina. Los panameños y panameñas de convicción no descansaremos en la defensa de nuestra soberanía y en el antagonismo a todo intento de convertir al territorio panameño en plataforma de agresión regional.
Consideramos importante resaltar la declaración emitida el 1 de septiembre de 2025 por los cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, quienes en reunión virutal auspiciada por Colombia con el fin de analizar el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, cercano a costas venezolanas, declararon que América Latina debe mantenerse como una “zona de paz”, lo cual implícitamente involucra el rechazo al envío de buques de guerra y el uso de la fuerza por Estados Unidos contra la soberanía de Venezuela y cualquier país del continente. Recordemos en este punto las amenazas proferidas desde fines de 2024 por Donald Trump contra Panamá, México, Canadá y Groenlandia.
Las demostraciones de fuerza de Estados Unidos, bajo el régimen de Donald Trump, como aquella que es realizada en este momento frente a costas venezolanas, son actos unilatarales contrarios a derecho, que constituyen una afrenta a la soberanía de los estados del continente, son una amenaza a la paz y una violación flagrante a la Carta de las Naciones Unidas, así como la declaración fundacional de la Organización de Estados Americanos, y atentan contra instrumentos jurídicos fundamentales del derecho internacional público, tales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de los Derechos Económicos y Sociales, que consagran la libre determinación de las naciones y plantean el uso de los métodos pacíficos en la solución de conflictos, principios del ordenamiento jurídico internacional de la segunda mitad del siglo XX, producto de la lucha de los pueblos contra el nazi fascismo y la irrupción de los movimientos anti coloniales y de liberación nacional en el sur global.
Deploramos una vez más, en este contexto de intervencionismo imperial en la región, al memorandum de entendimiento entre Mulino y Trump, por su contenido claramente anti nacional, lesivo a la patria, que compromete nuestra vocación de pueblo de paz, constituyendo una traición a la lucha de liberación del pueblo panameño contra la presencia norteamericana, una afrenta imperdonable a la memoria de los Mártires de Enero de 1964. Además, el memorandum en cuestión viola el artículo 325 de la Constitución Política de la República de Panamá, que establece que todo acuerdo o entendimiento de carácter internacional en relación al Canal, su ampliación o protección militar, debe ser ratificado por la Asamblea Nacional y llevado a referendum.
Ninguna de las condiciones anteriores se ha cumplido, razón por la cual el señor José Mulino debe ser procesado por el poder legislativo, según las funciones de contrapeso que asigna la Constitución Política a la Asamblea Nacional, en las sesiones judiciales a las que se refiere en el artículo 152, por faltas del presidente contra la personalidad del estado panameño, que en este caso sería por atentar contra la soberanía al claudicar ante las amenazas de Donald Trump contra Panamá. Operar al servicio de un estado extranjero con el objetivo de aminorar la independencia nacional, implica el delito contra la personalidad jurídica internacional del estado, establecido en el artículo 425 del Código Penal, con la respectiva pena de prisión agravada en caso de funcionarios del estado.
El Canal debe estar al servicio de la paz y del intercambio, y no debe ser utilizado con fines de agresión ni como instrumento estratégico en las aventuras guerreristas de Washington. No hay poder en el mundo que pueda estar por encima del pueblo panameño y su derecho a ser libre, como en su momento quedó demostrado con la eliminación del oprobioso Tratado Hay Buneau Varilla y las cláusulas de intervención, en virtud de la larga lucha patriótica pluri generacional del pueblo panameño en el siglo XX.
Hacemos un llamado a las fuerzas sociales y patrióticas panameñas, continentales y del mundo, a unir esfuerzos contra el hegemonismo y el capitalismo imperialista, a repudiar la política expansionista de Trump, a movilizarnos de todas las maneras posibles contra toda expresión de intervencionismo de en los asuntos internos de los estados, y al completo respeto a la soberanía de las naciones.
Panamá, 2 de septiembre de 2025.