El mayor problema que se tiene en la consulta de Estimulación Temprana es el uso de dispositivos electrónicos, que producen alteraciones en el neurodesarrollo por una exposición excesiva, explicó la licenciada Yanira Torres, terapista de estimulación temprana y orientación familiar de la Policlínica Dr. Manuel de Jesús Rojas de Aguadulce.
El uso de estos dispositivos, como celulares, limita el lenguaje, las habilidades motrices finas y gruesas, y altera la conducta porque crean conductas adictivas.
“Ahora los papás creen que el celular es la nana. Con la mayoría de los niños que atendemos tenemos ese inconveniente y estamos trabajando muy duro con eso”, manifestó la especialista en Estimulación Temprana.
Hay que eliminar el dispositivo, no como dicen algunos papás “estoy tratando de quitárselo”, se les quita y ya. Habrá días en que los niños tendrán reacciones explosivas, pero a medida que pase el tiempo, estas irán disminuyendo.
Los dispositivos electrónicos provocan adicción, por lo que al entrar en abstinencia vienen las reacciones hasta violentas. Hay que cambiarlos por juegos didácticos acordes a la edad de los niños. Lo importante es dedicarles tiempo y jugar con ellos.
Si se tiene la oportunidad de que un niño asista a un maternal o una escuelita de niños pequeños, que hagan deportes, danza, pintura, es muy bueno porque se alejan de los dispositivos electrónicos e interactúan con niños de su edad.
Los niños deben jugar afuera en el patio, ensuciarse, jugar con agua, todas las actividades que se hacían en antaño y hoy en día no se permiten.
El niño se tiene que aburrir para aprender, para crear e inventar. Actualmente no saben jugar con muñecas ni carritos porque todo es el dispositivo electrónico.
El no tener un desarrollo infantil se ve reflejado a medida que se va creciendo, porque en la escuela no se tienen las habilidades para esperar su turno y congregarse con otros niños, las manitos sueltas para poder escribir, recortar y pegar lo que se va aprendiendo a través del juego.
A nivel escolar, el uso del celular afecta al momento de prestar atención y seguir indicaciones, porque en el celular las imágenes se mueven muy rápido y nuestras acciones diarias son más lentas. Pero el cerebro del niño, por estar en formación, se va adaptando a esa rapidez al estar expuesto a un dispositivo electrónico.
Al momento de realizar actividades de la vida diaria sin el uso del celular, se aburre, no presta atención, se levanta y empieza a molestar, no sigue indicaciones, no se queda sentado, se pone inquieto.
Los niños que comen con el celular en la mano no tienen el cerebro involucrado en el proceso de la alimentación por estar distraídos, lo que afecta al no darse cuenta de que están llenos y siguen comiendo, trayendo consigo la obesidad.
Otro de los problemas que puede ocasionar en los niños el uso excesivo del celular es que no hablen bien, ya que tienen una interacción reducida. Aunque se lleve a la terapia de lenguaje, las conexiones semánticas no serán iguales, alterando la comunicación. Esto tiene como consecuencia que en la escuela, al tocarles una charla, se sientan cohibidos, lo que hace que su autoestima se vea afectada y hasta sean víctimas de bullying entre los compañeros.
