La Cadena Agroalimentaria de Arroz advirtió que la próxima zafra 2025-2026 enfrenta una crisis sin precedentes, marcada por precios de compra inferiores a los costos de producción, altos riesgos financieros y el impacto del fenómeno de El Niño sobre la calidad de los cultivos.
Según el análisis presentado por Omar Spiegel, presidente del Comité, producir un quintal de arroz cuesta en promedio 26.40 balboas, mientras que la industria molinera paga entre 26.00 y 27.50 balboas, reduciendo aún más este precio con parámetros de calidad.
Esto coloca a los productores en una pérdida recurrente y pone en riesgo la sostenibilidad del primer eslabón de la cadena agroalimentaria.
Causas de la crisis
La situación se ha visto agravada por el ingreso irregular de importaciones. Un barco privado (462 mil quintales) entró al país antes del inicio de la cosecha, pese a que la Ley 17 de 2018 establece que en periodo de precosecha —dos meses antes de levantar la producción nacional— no se pueden autorizar importaciones.
Posteriormente, el Gobierno, a través del IMA, autorizó el ingreso de otro barco (577 mil quintales), lo que saturó el mercado, desincentivó la compra del grano local y presionó a la baja los precios que paga la industria.
Riesgo a la seguridad alimentaria
El arroz, declarado cultivo de seguridad alimentaria nacional mediante la Ley 17 del 22 de febrero de 2018, representa la base de la dieta panameña y genera miles de empleos en zonas rurales. La situación actual amenaza la capacidad del país de mantener un abastecimiento estable y accesible para las familias.
Propuesta inmediata
Los productores solicitan al Gobierno la reglamentación del artículo 4 (acápite 1) de la Ley 17 de 2018, que establece un apoyo de B/. 7.50 por quintal de arroz en cáscara, sucio y húmedo, monto que debe revisarse cada tres años.
Este subsidio permitiría dar un respiro al sector, evitar la quiebra de pequeños y medianos productores, y garantizar la paz social en medio de la crisis económica y laboral que atraviesa el país.
Mirada al futuro
Además, el Comité plantea la necesidad de una hoja de ruta de transformación del sector arrocero, que contemple investigación, financiamiento y modernización de sistemas productivos, con el objetivo de migrar progresivamente hacia el riego y el secano favorecido.
“El arroz es más que un cultivo: es la base de nuestra seguridad alimentaria y la vida económica de miles de familias rurales. Sin un mecanismo de apoyo, Panamá corre el riesgo de perder su soberanía alimentaria en los próximos años”, advirtió Spiegel.