Lo más importante es permanecer calmados e inmediatamente colocar al infante sobre una superficie segura como el piso o la cama, ubicarlo de lado o sobre su estómago, no sujetarlo, ni colocar ningún objeto dentro de la boca. De contar con antecedentes dar medidas de soporte hasta que pase.
También, ante un primer episodio o si las convulsiones duran más de 15 minutos, el menor debe ser llevado al cuarto de Urgencias para su revisión.
El Dr. Roberto Grimaldo, pediatra neonatólogo, de la Caja de Seguro Social (CSS) manifestó que el 2 al 5% de la población infantil padecen de este trastorno convulsivo denominado convulsiones febriles (CF).
Grimaldo añadió que el grupo etario en que se presenta con mayor frecuencia las CF, es entre el primer mes de vida hasta los 6 años de edad, siendo más frecuente alrededor de los 18 meses.
La convulsión febril generalmente es causada por fiebre moderada, alrededor de 38.5°C, que causan pérdida de conciencia, sacudimiento y en algunos casos el niño se pone rígido o presenta contracciones en una de las partes de su cuerpo.
Las CF se clasifican en simples y complejas. Las primeras duran menos de 5 minutos, sin anomalías neurológicas posteriores y las segundas más de 15 minutos, pero son poco frecuentes.
Familiares cercanos con historial de CF, infección viral, fiebres frecuentes o el haber tenido una convulsión en edad temprana son algunos de los factores que podrían aumentar el riesgo de que los niños padezcan convulsiones febriles recurrentes.
Según estadísticas los riesgos de presentar una convulsión febril son 20% mayor cuando existe un hermano afecto y en un 30% cuando además del hermano ambos padres la padecieron, destacó el galeno.
Agregó que las convulsiones febriles se asocian con mayor regularidad a las infecciones virales y no a las bacterianas, como por ejemplo el virus del herpes humano y la influenza.