Cada 14 de agosto, Panamá celebra el Día Nacional de la Rana Dorada, una fecha establecida para resaltar la importancia de esta especie en nuestra biodiversidad, así como para concienciar sobre las amenazas que enfrenta y promover los esfuerzos de conservación.
Históricamente, la rana dorada habitaba en áreas como el Parque Nacional Altos de Campana en Panamá Oeste, el Valle de Antón y el Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera en Coclé. Sin embargo, debido a diversas amenazas, su presencia en estado silvestre ha disminuido drásticamente, y se teme que la especie esté extinta en la naturaleza desde 2007.
A su vez, existen iniciativas dedicadas a la preservación de la rana dorada. El proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá (PARC) del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y la a Fundación Centro de Conservación de Anfibios del Valle (EVACC) son centros especializados en la reproducción de estas ranas en cautiverio. A través de expediciones en diversas regiones del país, se recolectaron individuo previo a su desaparición para establecer poblaciones reproductoras. Estas ranas son mantenidas en condiciones controladas para evitar enfermedades y asegurar su bienestar. Además, se han implementado medidas para evitar la endogamia, garantizando la diversidad genética de la población cautiva.
Eric Núñez, jefe del departamento nacional de biodiversidad del Ministerio de Ambiente, nos dice, que la rana dorada enfrenta múltiples amenazas que han contribuido a su declive, entre ellas la quitridiomicosis, una enfermedad causada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, que ha sido devastadora para las poblaciones de anfibios a nivel mundial, incluyendo esta especie, además de la pérdida y fragmentación de su hábitat debido a la deforestación, la urbanización y otras actividades humanas, la contaminación de fuentes hídricas por el uso de pesticidas, fertilizantes y otros contaminantes que afectan la calidad del agua, los incendios forestales que pueden destruir áreas críticas para su supervivencia y la colecta y tráfico ilegal, que ha reducido significativamente sus poblaciones en estado silvestre.
El Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE) ejecuta y coordina acciones para la conservación de la rana dorada y de los anfibios en general. A través de la vigilancia del tráfico ilegal de especies y la promoción de alianzas con instituciones académicas y centros de investigación, se busca fortalecer las estrategias de conservación y reproducción de este anfibio. Además, el país cuenta con un Plan de Conservación de Anfibios que ha tenido un impacto positivo en la prevención de la extinción de otras de estas especies.