Por Jorge I. González
Abogado
El 9 de diciembre de 1998 la Universidad de Panamá fue atacada e invadida por la Fuerza Pública. La orden nefasta provino desde las más altas instancias ejecutivas y políticas del Estado. Fue la respuesta del Estado y de la correlación en boga neoliberal, al papel protagónico que desempeñaron la Universidad de Panamá y las fuerzas populares y la defensa de la soberanía mancillada en diciembre de 1989 y en el rechazo a las políticas neoliberales de privatización.
La generación estudiantil universitaria en los años 90 y 2000, correspondió la tarea histórica de mantener firme y en lo alto a las banderas del patriotismo, del antiimperialismo y las ideas socializantes, tras la invasión a Panamá en 1989, el repliegue de la revolución centroamericana y la caída del bloque soviético. El Capitalismo neoliberal y el pro yanquismo se creían triunfantes, pero una generación de jóvenes universitarios, fieles a la acumulación histórica, decidió a contra ola mantenerse en la senda de la rebeldía, la conciencia crítica y el pensamiento revolucionario.
El poder del estado en 1998 era administrado por el gobierno del presidente Ernesto Pérez Balladares y este impulsaba la privatización del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales, mejor conocido por sus siglas IDAAN. Tras la invasión de Estados Unidos a Panamá del 20 de diciembre de 1989, el gobierno títere de Guillermo Endara, Ford y Arias Calderón, impuesto por las bayonetas extranjeras, le correspondía cimentar las bases del estado oligárquico neoliberal a costilla de los muertos y víctimas de la invasión.
Al gobierno siguiente de Pérez Balladares, desde 1994, le correspondió la oprobiosa tarea de profundizar la privatización y reducción del estado para beneficio de las trasnacionales y el imperio norteamericano. Eran los años de hegemonía del discurso único neoliberal imperante tras el fin de la Guerra Fría. Sin embargo, ya en 1995, con la lucha contra la reforma del Código de Trabajo, se reforzó la tendencia de contestación popular en las calles contra la política de privatización y venta de los activos del estado nación panameño.
Por los años 1996, 1997 y 1998, a la par de la lucha antineoliberal, el movimiento popular y los universitarios mantuvieron en alto, contra viento y marea, la bandera patriótica antiimperialista para exigir la retirada incondicional de las tropas norteamericanas acantonadas en la ex zona del canal. El gobierno de Pérez “Toro” Balladares intentó justificar la prolongación de las mismas bajo la excusa del Centro Multilateral Antidrogas, CMA, no obstante, el proyecto anti nacional fracasó producto de la agitación patriótica del Movimiento Nacional por la Defensa de la Soberanía, MONADESO.
Las fuerzas sociales organizadas del país no estaban dispuestas a permitir la privatización del agua, tras la privatización de la telefonía y el servicio eléctrico, con el subsiguiente aumento de precios. Solo faltaba el agua.
La iniciativa de privatización del IDAAN generó una indignación popular y se generaron protestas a lo largo y ancho de la geografía nacional. En aquel momento, diciembre de 1998, MONADESO asumió también la vanguardia de la defensa del carácter público del IDAAN como un derecho básico de la población y una expresión de la soberanía del pueblo en el marco social.
Así, el 9 de diciembre de 1998, en horas de la mañana, el Instituto Nacional se lanzó a las calles y fue asaltado y ocupadas sus instalaciones por la Fuerza Pública. La acción represiva produjo protestas y enfrentamientos entre ciudadanos y policías en los barrios populares de Santa Ana y el Chorrillo, por pobladores y estudiantes residentes.
La ciudad de Panamá se vio impactada por protestas en diferentes sitios. En la capital, uno de sus puntos neurálgicos de manifestaciones era la Universidad de Panamá, histórico bastión de los derechos sociales del pueblo panameño. La ciudad de Santiago en Veraguas se convirtió en otro bastión de lucha en defensa del carácter público del servicio de agua potable.
En horas de la mañana del 9 de diciembre del 98, siendo este servidor estudiante y junto a un grupo de compañeros militantes, escuchamos la noticia sobre el ataque de la policía al Instituto Nacional.
Transcurría la mañana y la protesta social se mantenía en la Universidad de Panamá, creciendo con ello la tensión. A lo largo de la mañana se mantuvo el choque entre estudiantes y antimotines en la Transístmica.
Pasada el mediodía, se abre un breve compás en la confrontación, tras el cual los estudiantes retomamos la calle, tras lo cual retornaron los antimotines y se produce la acción de invasión a la Universidad de Panamá, con una larga columna de patrullas de antimotines que avanzó a toda velocidad desde el barrio de Viejo Veranillo, en dirección a la parada de la Transístmica (hoy rebautizada Avenida Resistencia) de la Universidad de Panamá.
Varias autoridades universitarias y grupos de manifestantes estudiantiles se encontraban en la Transistmica cuando se produjo la agresión. Recordamos que el ingreso de la Policía fue precedido de un intenso disparo de balas explosivas y artefactos de goma y lacrimógenas. Ello obligó a que muchos universitarios se lanzaran al suelo y otros cayeran heridos. Muchos corrían en dirección hacia el pasillo de Comunicación Social y Humanidades, otros hacia el estacionamiento de la dicha facultad, para escapar. Ha sido uno de los ataques de fuego con armas de fuego más intenso contra la institución del que se pueda tener recuerdo.
Vimos como el vicerrector Ariosto Ardila (QEPD), de aquella época, cayó al pavimento del Parque hacia la Luz en el fuerte bombardeo de artefactos explosivos y la estampida humana producida al huir de los potentes disparos. En el estacionamiento de la Facultad de Comunicación Social observamos cuando un carro policial gigante, reforzado, tumbó la cerca de ciclón con el objetivo de ingresar.
Tras el ataque inclemente de plomo cerrado para limpiar el Parque Hacia la Luz de manifestantes, los antimotines ingresaron a la Universidad y acto seguido, avanzaron y cruzaron la calle interna que cruza a la Caja de Ahorros y persiguieron a los manifestantes a lo largo de la escalera y la loma del Teatro Universitario al Aire Libre, conocido por sus siglas el TUAL. Varias autoridades, docentes, funcionarios y estudiantes, fueron golpeadas por los antimotines tras ellos, mientras subían la escalera a Colina y reclamaban contra el salvajismo uniformado. Uno de ellos fue el Dr. Miguel Angel Candanedo (QEPD). Varios estudiantes y funcionarios cayeron a la piscina de rectoría por la desesperación, huyendo de los antimotines. Finalmente, los policías invasores entraron al edificio de rectoría. Otras áreas de la UP eran violentadas y ocupadas por la gendarmería represora.
Los policías se dirigieron también a los predios de las facultades de Medicina y Economía. Mientras tanto , la columna de militares que atacó a la Colina, ingresó al lobby de Rectoría y lo ocupó en arreos de combate. Las oficinas de los pisos superiores de Colina fueron allanadas y varios estudiantes sscados a la fuerza, detenidos y llevados en patrullas colocadas abajo, en el estacionamiento de colina. Proliferaron gritos de estudiantes, docentes y funcionarios. Dentro del edifcio de rectoría, el estudiante Rafael Benavides recibió un disparo de escopeta que casi le provocó la muerte. En la entrada de la Facultad de Humanidades, cerca a la parada de buses, otro estudiante de Derecho fue brutalmente golpeado en la cabeza por la policía, desmayándose. En fotos de los medios de comunicación apareció la imagen del estudiante en el suelo.
El decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Dr. Julio Lombardo, salió al estacionamiento de la misma y confrontó verbalmente a los antimotines, impidiendo su ingreso a los predios de la unidad. En otras facultades tuvimos noticia que otros decanos hicieron lo mismo.
En la puerta principal, en el sector de Arquitectura, decenas de universitarios y ciudadanos se concentraron en la parte externa, gritando consignas en señal de repudio a la invasión contra la Universidad de Panamá. La noticia se corría por todo el país.
Las fuerzas vivas de la Universidad de Panamá, sus grupos estudiantiles beligerantes, los sectores de administrativos, tales como la ASEUPA, CRETU y AGITA, los profesores aglutinados en la APUDEP, así como los principales organismos académicos y administrativos de la institución, denunciaron la violación a la autonomía universitaria mediante comunicados y conferencias de prensa. Se mandató institucionalmente la construcción de un monumento para recordar la fecha, el cual fue instalado a un lado del estacionamiento de la Facultad de Humanidades. El mismo se encuentra hoy en aquel lugar para mantener viva la memoria histórica.
El movimiento social panameño expresó su repudio a la invasión policial y su solidaridad con los universitarios y universitarias. En alianza a la Universidad de Panamá, se convocó una marcha universitaria y de sectores populares organizados en defensa de la autonomía de la UP. La movilización popular fue inmensa. La identificación del pueblo para con su universidad asestó un golpe decisivo a la imagen política del gobierno de turno y se tradujo en la defenestración del proyecto de privatización del agua. Pasó a la historia de nuestras luchas como una de las grandes derrotas del proyecto neoliberal en Panamá.
De esa generación estudiantil podemos mencionar a varios compañeros y compañeras por su papel en aquella coyuntura, en orden alfabético: Fernando Abrego, Marina Ábrego, Francisco Baca, Abdiel Becerra, Rafael Benavides, Olmedo Carrasquilla (en Santiago), Pablo Castilla, Martin Castillo, Ricardo Cóniga (secundaria), Abdiel De León, Carlos Dubois, Eliseo Garzón (secundaria), Ramiro Gómez, Alfredo González, Claudia Figueroa, Luis Herrera (secundaria), Jorge I. González, Carlos Guevara, Henrye Lombardo, Pablo Martínez, Ricardo Martínez, Gilberto Marulanda, Nathanael Méndez, Rodnie Méndez (secundaria), Pablo Merón (secundaria), Marco Quintanar, Alexis Quiróz, Yira Quiróz, Eric Rivera, Francisco Rodríguez (secundaria), Abraham Santamaría, Fidel Santana (secundaria), Salomón Samudio, Mercedes Velásquez, Felix Villarreal, Javier Víquez (QEPD), Rebeca Yanis, entre otro
Hoy día casi todos dichos compañeros y compañeras marcharon en contra del contrato minero o Ley 406, exigiendo su derogatoria y declaratoria de inconstitucionalidad, siendo consecuentes a la lucha en defensa de los intereses del pueblo, 25 años después. Una vez más, ahora en 2023 y como en 1998, la Universidad de Panamá jugó un rol papel destacado en la lucha por la defensa de los intereses del pueblo.
La Universidad de Panamá sigue siendo una fortaleza de las ideas, de la moral, del patriotismo, del civismo, del antiimperialismo y de la búsqueda de la equidad social.
Excelente e histórica, esta crónica en la que el hecho pone en relieve el papel histórico de la Universidad de Panamá en la lucha social, y además, quienes fueron sus actores. Resalta bel papel estudiantil y docente. Esta fecha debe ser recordada no solo por la UP sino por el pueblo de este país
Excelente, es necesario que todos los habitantes de este país conozcan la historia, y en papel fundamental de la UP, por la lucha social de un mejor país para todos.
Gracias licdo. González, por todos estes artículos muy importantes e interesantes, que nos nutren de patriotismo