Por Jorge I. González. Abogado
Se cumplen 62 años del asesinato de Rodolfo Aguilar Delgado, supliciado histórico de las bananeras, de la clase obrera y del derecho laboral panameño. Nació en el municipio de Bugaba, provincia de Chiriquí, en el año 1939. Hijo de Mamerto Aguilar e Isaura Delgado, desde niño creció en un contexto marcado por agudas contradicciones sociales del campo chiricano, en donde los latifundistas tanto de origen nacional como extranjero, implementaban un esquema de explotación económica descarnada, brutalmente represivo, de corte clasista y racista, contra los campesinos e indígenas.
Teniendo 20 años, Rodolfo Aguilar Delgado se inicia en la lucha social en Puerto Armuelles, participando de la histórica huelga de los trabajadores del banano, que estalló el 13 de noviembre de 1960.
Se prolongó por 23 días con el fin de conseguir mejoras salariales y en las condiciones de trabajo. De aquella legendaria se consolidó el Sindicato Industrial de Trabajadores de la Chiriqui Land Company, hecho que representó un importante avance en el movimiento sindical panameño y en el desarrollo del derecho laboral, en función a las luchas por los derechos económicos y sociales del pueblo, así como la lucha por la soberanía nacional contra el colonialismo, como parte de las tareas de la clase obrera por lograr un país justo e independiente, libre de la oligarquía criolla, las transnacionales y la hegemonía de Estados Unidos.
La Chiriqui Land Company, subsidiaria de la infame United Fruit Company, la Chiquita Brands contemporánea, era un emporio transnacional estadounidense que constituyó un auténtico poder de intervencionista en Centroamérica y Panamá, con carácter anti popular y antinacional, mediante alianzas con gobiernos de ricos criollos, terratenientes locales y policías represores, contando además con las fuerzas militares de EE. UU. acantonadas en el Canal de Panamá y otros puntos del Caribe, con el fin de contrarrestar todo ascenso de las luchas populares que pusieran en jaque al neocolonialismo en Panamá y la región
A partir de su militancia en la icónica huelga bananera de 1960, Rodolfo Aguilar Delgado se inspiró en los acontecimientos y se convirtió luego en un importante líder obrero y comunitario, de proyección nacional, organizador de actividades sociales en las comunidades, que incluso hizo lazos con el movimiento estudiantil y el Partido del Pueblo, el llamado partido de los comunistas panameños y gran estructura organizadora de las masas en el siglo XX.
Los ideales de justicia e igualdad convirtieron a Rodolfo en un objetivo de los enemigos unificados del pueblo.
El 24 de octubre de 1963, Rodolfo Aguilar Delgado fue detenido por elementos uniformados de la Guardia Nacional y llevado al cuartel de Puerto Armuelles. Fue sometido a todo tipo de vejámenes, entre ellos, torturas con baños de agua caliente, golpes físicos, arrancamiento de uñas, cadenazos, etc. Los gritos de dolor fueron escuchados por vecinos. El calvario que sufrió provocó su muerte. Pese a las torturas no delató a ninguno de sus compañeros. El salvajismo militar no consiguió doblegar a Rodolfo, ni quebrar su voluntad, hasta el último aliento de su vida.
Los cobardes que acabaron con la vida de Rodolfo Aguilar Delgado, todos de la Guardia Nacional, fueron procesados y sentenciados a años de cárcel, pero tiempo después fueron amnistiados. La Guardia Nacional como instrumento vil, la oligarquía como clase, la United Fruit Company como transnacional, y el Imperio Norteamericano, fueron responsables intelectuales del asesinato.
El cuerpo inerte de Rodolfo Aguilar Delgado fue entregado a su familia, sin embargo, la misma vivió una tragedia y marcada por generaciones.
La madre de Rodolgo falleció por las secuelas de la muerte atroz de su hijo y otro familiar, tío de Rodolfo, murió de infarto al enterarse de su muerte. Al conocerse la noticia del asesinato, el Colegio de Abogados expresó su consternación y en la Asamblea Nacional el lamentable suceso fue objeto de intervenciones. En las décadas siguientes los sectores populares de Chiriquí se esmeraron por preservar el legado y memoria de Rodolfo Aguilar Delgado. En 1997, un corregimiento del distrito de Barú fue bautizado con su nombre.
En la actualidad, 2025, el ejemplo de Rodolfo Aguilar Delgado está más vigente que nunca, en momentos que el país ha atravesado por una intensa represión al sindicalismo y las organizaciones populares. Los familiares del mártir, sobrevivientes, mantienen en alto la exigencia de justicia. Las actuales autoridades se niegan a entregar los expedientes de cara a una reapertura de la causa por crimen de lesa humanidad y una demanda contra el estado panameño en las instancias internacionales.
El martirio de Rodolfo Aguilar Delgado deber ser conocido por las nuevas generaciones y su historia debe ser divulgada en los planes de estudios de secundaria. Igualmente, el estado debe reconocer sus culpas institucionales, solicitar perdón a los familiares y realizar los pasos simbólicos para la preservación del legado de Rodolfo Aguilar Delgado y la reparación moral y material a los familiares.
Panamá, 24 de octubre de 2025