Por Jorge I. González
Abogado
La Universidad de Panamá, principal casa de estudios superiores del país, fue inaugurada el 7 de octubre de 1935, hace 89 años, y el 8 de octubre del mismo año empezó sus labores académicas en las instalaciones del Instituto Nacional, en horario nocturno. Su primer rector fue el Dr. Octavio Méndez Pereira. La Universidad de Panamá fue creada con el decreto 29 del 29 de mayo de 1935, en la gestión gubernamental del entonces presidente, Dr. Harmodio Arias Madrid.
Según estadísticas de la propia Universidad de Panamá, desde el año 1939 al 2023, ha promocionado la colosal cifra de 287,729 graduados, estadística a todas luces impactante, tomando en cuenta la población del país, con menos de 5,000,000 de habitantes, y el tamaño menor de otras universidades de la región, siendo de países con mayor población que el nuestro. Como hemos dicho en varias ocasiones, se trata de una macro universidad en un pequeño país.
Actualmente, la oferta académica de la Universidad de Panamá arroja un total de 349 carreras, siendo 188 de pregrado y 161 a nivel de posgrados, distribuidas en 19 facultades, 10 centros regionales universitarios, 6 extensiones universitarias y 28 programas anexos, abarcando la totalidad del territorio nacional. Por otra parte, la Universidad de Panamá cuenta con 15 institutos dedicados a la investigación en distintas áreas de la historia y la realidad integral del país.
Al mes de julio de 2024, la Universidad de Panamá, contaba con un total de 83,595 estudiantes de pregrado, de los cuales, el 65,5% corresponde a la población de mujeres y el 33,5 a hombres. De los 10,179 graduados en diciembre de 2023, un total de 5,931 son jóvenes entre los 20 y 29 años de edad, de los que el 4,036 son mujeres. Al mes de julio de 2024, hay un total de 4731 profesores y profesoras, de los que poco más de la mitad son mujeres. Además, al mes de diciembre de 2023, se contabilizaba un total de 4,678 administrativos, en todo el país. (Datos de la Dirección General de Planificación y Política Universitaria de la UP)
Así las cosas, la Universidad de Panamá ha jugado un papel estratégico en el desarrollo material y cultural de la nación panameña. Ha impulsado a través del conocimiento científico y técnico al desarrollo de las fuerzas productivas del país, y por medio de las ciencias sociales y humanísticas, así como de las bellas artes, ha profundizado la formación cultural, así como la identidad nacional diversa y a la vez, singular, de nuestro pueblo.
Estas cifras permiten comprender que la mujer panameña se ha insertado de manera firme en la educación superior oficial, contribuyendo de esa manera a la profesionalización de la mujer panameña y a la lucha por la equidad. Igualmente, la UP ha llevado la educación pública superior a todo el país, pues hoy día casi la mitad de los matriculados se encuentran en los centros regionales y anexos, en ciudades y pueblos de la República, allende los dos campus principales de la ciudad capital, de la zona metropolitana, en los que en otrora se concentraba la mayor parte de la población universitaria.
Queremos resaltar el papel de los programas anexos universitarios en las comunidades campesinas e indígenas del país, con lo cual la UP procura la educación universitaria oficial a los pueblos históricos del Istmo, con apego respetuoso a las características culturales de nuestras hermanas y hermanos originarios.
Durante la pandemia covid 2019,la Universidad de Panamá introdujo por la virtualidad masiva, continuó brindando el derecho a la educación, alcanzando un ascenso emblemático a casi 100,000 estudiantes, confirmando ello su posición de vanguardia y contundencia en el campo de la educación pública, máxime en momentos de emergencia local y universal.
La Universidad de Panamá es vanguardia regional en el impulso a la educación universitaria y pública en los centros penitenciarios, y lo hace desde el enfoque del humanismo y buscando la resocialización de las personas como principio. Estos programas especiales a la población penitenciaria se brindan por parte del Centro Regional Universitario de San Miguelito, en las instalaciones penitenciarias de El Renacer y el Centro Femenino de Rehabilitación.
Por todas estas razones antes mencionadas es que según el Ranking Web de Universidades del Consejo Superior de Investigación Científica de España, la Universidad de Panamá ocupa la primera posición de un total de 32 universidades del país.
Los discursos de carácter neoliberal opuestos a la inversión del Estado en materia de derechos sociales, en este caso, la educación superior, osan decir de forma equívoca que la inversión en educación de bajo costo al pueblo, no debe ser una prioridad del Estado, relegando al mismo a una función policíaca y defensa de los intereses de las elites. Concepción está completamente errada, pues la inversión en educación significa contribuir al progreso y asegurar la educación para los pueblos.
En el caso de nuestro país, la Universidad de Panamá representa una negación antagónica a las tesis neoliberales de cualquier latitud, tanto criollas como internacionales, puesto que ella, la Universidad, representa un plus histórico para el Estado y el fisco nacional, toda vez que el papel que ha jugado (la UP) en la forja del patriotismo, en las luchas sociales, en la formación de cuadros profesionales con conciencia crítica y en su condición de baluarte de movilización social y pensamiento crítico, constituyen factores que abonaron al proceso de la lucha de liberación anticolonial, lo cual se tradujo en la soberanía jurídica del estado sobre toda la geografía política del país.
La Universidad de Panamá, acompañando al pueblo convertido en protagonista fundamental, contribuyó al fin del enclave colonial y la reversión de la extinta zona del canal a manos panameñas,
lo cual se traduce hoy en el ingreso de cuantiosos recursos anuales a las arcas del estado, y que son usados para la financiación de proyectos de beneficio popular en salud y educación. Recursos que son sumamente valiosos tomando en cuenta las dificultades económicas actuales del país. La UP ha sido motor del estado nacional en los siglos XX y XXI.
La misión de educación superior implica la lealtad al principio de la educación como derecho y no mercancía, en apego a la lógica de la transformación según las necesidades e intereses del país, en el contexto nacional e internacional, siempre desde la visión de lo universal y propio, el humanismo, el respeto efectivo a la autonomía por los poderes de turno, la profundización de la democracia, la lucha por la justicia y la equidad como valores, el fomento de la soberanía nacional, la defensa del ambiente, la seguridad alimentaria, la paz, la mediación de conflictos, el multilateralismo geopolítico y el pensamiento crítico social.
¡Mis respetos, Universidad de Panamá, en tu 89 aniversario!