Hace 55 años Nelson Mandela, fue sentenciado a cadena perpetua al ser declarado culpable de los delitos de conspiración y sabotaje en el llamado juicio de “Rivonia”, el nombre de un suburbio de Johannesburgo, de Sudáfrica.
Junto a Mandela fueron condenados otros siete líderes del Congreso Nacional Africano (CNA).
Mandela pasó 18 años en la cárcel de Robben Island, donde fue separado de los presos no políticos, en una una celda de cinco metros cuadrados con un colchón de paja para dormir.
El líder máximo del CNA paso gran parte de su estadía en Robben Island picando piedra, pero no le dejaban que se protegiera los ojos con gafas de sol, con lo que su vista quedó dañada para siempre.
El expresidente sudafricano fue finalmente liberado después de 27 años de cárcel. La excarcelación de mandela marcó el fin del Apartheid.
El Apartheid fue impuesto tras la victoria del Partido Nacional en 1948. Esta política impedía que los negros pudieran participar en política y acceder a profesiones mejor pagadas, los segregaban en barrios separados de los blancos y les prohibían casarse o tener relaciones sexuales con personas blancas.