El “plasma convaleciente” es rico en anticuerpos, tomado de la sangre donada por personas que se han recuperado de la enfermedad causada por el coronavirus.
De acuerdo a estudios, el plasma convaleciente tiene el potencial de reducir la severidad o acortar la duración de la enfermedad causada por el COVID-19.
En Panamá las autoridades de salud, anunciaron que se empezará a utilizar el tratamiento con plasma convaleciente, para hacerle frente a la pandemia del coronavirus.
El Dr. Dimas Quiel, jefe del Servicio de Hematología del Complejo Hospitalario Metropolitano, Dr. Arnulfo Arias Madrid, de la Caja de Seguro Social (CSS), explicó que esta nueva alternativa consiste en extraer plasma de pacientes recuperados por COVID-19; luego se miden los anticuerpos neutralizantes contra este virus.
Mencionó que el plasma extraído de un paciente que haya creado inmunidad; son anticuerpos que van a luchar contra el virus y a su vez van a producir una neutralización de la enfermedad
El especialista afirmó que si bien es cierto que el plasma convaleciente ha sido probado con anterioridad para tratar otros virus; con el COVID-19 aún no hay resultados de que pueda funcionar, ya que el mismo está en estudio.
“Existen estudios que se han hecho por este tema, con el COVID- 19, en un grupo pequeño de pacientes, a quiénes se les administró el plasma; pero a su vez a los mismos se les aplicó dosis de corticoides y heparina, por lo cual es muy difícil decir qué fue lo que provocó una mejoría en estas personas”, manifestó el Dr. Quiel.
Agregó que lo ideal sería tener una vacuna o un medicamento antiviral efectivo, pero como aún no existe un tratamiento como tal, la transfusión de plasma convaleciente sería una alternativa terapéutica para tratar el coronavirus.
La terapia de transfusión de plasma convaleciente, se basa en que el enfermo reciba anticuerpos que ya vencieron al virus en otra persona.
Estudios revelan que la técnica del plasma convaleciente, se ha estudiado en epidemias de otras enfermedades respiratorias como la del SARS en 2003, la gripe H1N1 en el año 2009 y la de MERS en 2012.