Por Marcos Castillo Pérez
La historia comienza en 1995 cuando ambos bloques firmaron un tratado de cooperación, pero no fue sino hasta el año 2000, entrado un nuevo siglo, que se iniciaron las negociaciones para formalizar un acuerdo que permitiría constituir la mayor zona de libre comercio del mundo, su mercado cuenta con una población que supera los 780 millones de habitantes. Pasaron 25 años de tiras y jalas, acercamientos y distanciamientos, hasta que finalmente el pasado viernes 6 de diciembre se anunciara en Montevideo, la capital uruguaya que se había llegado a un acuerdo.
Pero aún queda camino por recorrer hasta que se pueda cristalizar este anhelado pacto, ya que deberá pasar por el parlamento europeo integrado por 27 países y los congresos de al menos cuatro de América del Sur, en el caso de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay miembros plenos de MERCOSUR, se estima que su ratificación deberá ser un mero trámite, mas no así en la Unión Europea, donde el gobierno de Francia ha mostrado una férrea oposición, debido a las presiones de sus agricultores, que temen el aumento de las importaciones desde Sudamérica en detrimento de sus medios de vida, su oposición la han hecho pública mediante frecuentes protestas.
El gobierno de Emanuel Macron que atraviesa por dificultades tras una moción de censura que derribó a su primer ministro Michel Barnier, tratará de conseguir el apoyo de Países Bajos, Polonia, Italia y Austria, pero deberá hacer un enorme esfuerzo diplomático para convencer a otros socios de la UE para poder conseguir el bloqueo del acuerdo. Por su lado, Alemania y España son los mayores impulsores del pacto, Alemania porque ve una gran oportunidad de ampliar el mercado de exportaciones para su alicaída industria automovilística, mientras España ve la oportunidad de llenar el mercado sudamericano con productos como, el aceite de oliva y los vinos.
Pero en general los europeos necesitan de este mercado que se aproxima a los 300 millones de personas, ante las probables dificultades que tendrán con la futura administración estadounidense de Donald Trump y frente a la pérdida de influencia ante China, por lo que, lo más probable es que el acuerdo salga a flote.
Para los países del MERCOSUR el tratado comercial con la UE significa nuevas oportunidades para la exportación de materias primas como soja y maíz y productos cárnicos entre otros, lo que ampliaría sus mercados, ya que ahora no solamente exportarían masivamente a China, sino también a veintisiete países de la Unión Europea.
El acuerdo tendrá sus impactos iniciales y también todo un calendario, donde progresivamente se desgravarán los impuestos a las importaciones en ambos lado del Atlántico, pero tampoco está exento de resquemores puesto que si bien los agricultores y productores de Francia, Países Bajos, Polonia e Italia temen afectaciones, en Brasil estarán atentos para evitar una invasión de autos europeos especialmente de Alemania en detrimento de su creciente industria automotriz. Se trata pues de un camino que sigue siendo espinoso, y aunque después de más de dos décadas se logra sellar un acuerdo definitivo, las reservas y temores siguen latentes.
A la cita a Montevideo acudieron la máxima representante de la Unión Europea, la alemana, Úrsula Van Der Layen, mientras que por el bloque sudamericano estuvieron el brasileño, Luis Inacio Lula da Silva, el saliente presidente uruguayo y anfitrión, Luis Lacalle, el argentino, Javier Milei y el paraguayo, Santiago Peña.
El MERCOSUR tiene además como socios a Venezuela que actualmente se encuentra suspendida, Bolivia que está en trámite de Ingreso, Panamá que acaba de formalizar su solicitud para ser admitida y Colombia, Perú, Chile, Ecuador, Guyana y Surinam que tienen estatus de estados asociados.
En 2023,las exportaciones de Europa hacia el Mercosur alcanzaron un valor de 55.700 millones de euros (58.957 millones de dólares), mientras que las importaciones provenientes de esta región sumaron una cifra similar de 53.800 millones de euros (56.946 millones de dólares).
Entre los principales productos exportados por la Unión Europea al Mercosur destacan materiales de transporte, productos farmacéuticos y piezas de automóviles, que en conjunto representan el 35 % del valor total exportado.
Por otro lado, el Mercosur exporta principalmente ganado y piensos, así como productos petrolíferos y minerales, los cuales en conjunto representan el 70 % del valor total de las importaciones europeas.
Este acuerdo busca potenciar estas cifras mediante la eliminación gradual de aranceles en bienes y servicios. Respecto a las energías renovables, se espera una inversión significativa en proyectos sostenibles, especialmente en países del Mercosur. Además, la Unión Europea podría exportar más servicios digitales y tecnologías avanzadas. Este histórico acuerdopermitirá a los países de la Unión Europea asegurar y diversificar sus cadenas de suministro, y crear nuevas oportunidades para todo tipo de empresas, al eliminar aranceles sobre las exportaciones al Mercosur, y ahorrar a las empresas del bloque europeo 4.000 millones de euros (4.243 millones de dólares) en aranceles al año. Adicionalmente, se prevé que el tratado fomente una mayor inversión europea en infraestructura, tecnologías verdes y manufactura en América del Sur. Para el recién ingresado Panamá, significará una excelente oportunidad en el futuro próximo y es sin duda un buen logro, así como una acertada decisión de política exterior y comercial para el gobierno del presidente José Raúl Mulino; quien vio la oportunidad y tomó la decisión correcta.
El autor es comunicólogo y ex presidente de Colegio de Periodistas
