Todos hemos tenido alguna relación, aventura, amistad con derecho que no terminó de la mejor manera.
No vamos a valorar quien tuvo la culpa o quien no.
He querido mucho y amado poco.
Querer es una cosa y amar es otra…
Confieso que me retiré en más de una ocasión al involucrar sentimientos.
Me han dicho que soy un infeliz, que no tengo corazón, etc., pero que me he dado a querer.
Soy algo detallista, en su momento, eso si no con cualquier mujer.
Lo vívido no se olvida. Al pasar por algún lugar suelen llegar los recuerdos de un viejo amor.
La otra tarde caminando cerca de la avenida Balboa, una fuerte brisa me recordó aquella vez que me desperté y vi a Sandra contemplándome. No sé qué tiempo tenía de mirándome con un aire de condesa, no disimulaba su amor por mí.
En silencio analizo la propuesta de Sandra de tomar un café un día y hacer amor.
Ella está dispuesta a entregarse sin ataduras, sin compromiso, aceptando nuestro destino que ya no tiene vuelta atrás.
Para mí es un tanto difícil que a pesar del tiempo tengo una mezcla de sensaciones al no haber podido olvidarla.
Entre la ira y el amor, repaso su cuerpo lentamente,. Como un alcohólico en tratamiento que sabe que si se toma un trago nuevamente no hay vuelta atrás.
Mientras ella está como una gata mojada pidiendo algo de cariño.