Un cliente de la oficina me asignó una cuenta la cual según él se le debía dar un trato especial, se contrató una agencia de Relaciones Públicas, yo no estaba muy de acuerdo pero acepté.
Me citaron para hacerme una entrevista en un edificio de Calle 50 a eso de las 3 y media de la tarde, como no me atendían, tomé una revista de National Geographic.
En eso escuché una discusión de una mujer con un hombre por telefono. La disputa era por el supermercado y recoger a los niños de la guardería.
Al levantar la mirada, la mujer cierra la llamada… Hola, hola, ¿eres tú el abogado?.
Le respondí: Según mi diploma soy abogado, ella se sonrió. No sé porque sentí la necesidad de romper el hielo de esa forma.
A pesar de mi esfuerzo ella solo me miraba de forma extraña, por lo que le dije oiga tengo un compromiso, podría empezar las preguntas.
De pronto la mujer que hace poco gritaba por celular susurraba las preguntas.
El movíl suena de nuevo, esta vez era la mamá de la periodista: “VOY A LLEVARME LOS NIÑOS, MAÑANA TE LOS LLEVÓ”, era evidente la molestia de la señora.
Por lo que entendí la madre se queja de la pareja de la periodista, al parecer él no la apoya en nada de las tareas del hogar ni los hijos.
Quería terminar el asunto lo más rápido posible, era incómodo escuchar todo eso.
Tras varias interrupciones de su pareja y su madre, la entrevista por fin terminó.
Me levanté y salí del lugar lo más pronto posible.
Cachorro, cachorrito, te vas sin despedirte de mí.
En mi época de universidad las compañeras me llamaban cachorro o cachorrito.
Me hice el desentendido y tomé el ascensor, para mi mala suerte la instigadora entró tras de mí.
Aún no superas el “apego evitativo” después de tanto tiempo.
-El apego evitativo es aquel que desarrollan las personas que han tenido que reprimir su emocionalidad para ser atendidos por sus cuidadores-, es la explicación psicológica, en castellano es el tipo de persona que ante cualquier alerta de rechazo o falla en una relación de pareja corta las cosas de raíz.
Retomando el hilo:
Salí unos meses con esta mujer, de pronto me cortó, sin razón aparente.
Unos tres o cuatro años más tarde nos encontramos en el bautizo del hijo de un conocido, nos besamos. Al día siguiente me contó que se iba a casar con un hombre maravilloso.
No reaccione de la mejor manera por si fuera poco me hizo llegar una invitación a la boda al leerla mentalmente, bloqueé todo lo sucedido.
Con la edad no le prestó atención a este tipo de cosas.
Sonriendo le dije mira, tienes la vida enredada en matrimonio tóxico, no soy el tipo de hombre que está desesperado para llevarme a la cama a una mujer que tiene un mundo de problemas encima.
“Te doy un consejo con esa actitud, los hombres solo te van a ver como un acostón y nada más”. Eres la artífice de tu destino.