Si algo no sale bien…
Hoy te elijo a ti para estar en mi vida,
te elijo cada día consciente y libremente.
Mi amor no será un problema jamás,
el problema, jamás.
(De una canción de Enrique Bunbury)
Tengo que confesar que en temas de amor he sido demasiado osado, en cierta forma cualquiera diría que soy un tipo con suerte.
Desde mi punto de vista no es tan así. Pero eso es otra historia la cual no voy a contar en este artículo.
Bueno digamos que en el amor en una que otra ocasión he quedado como la ciudad de Stalingrado, en febrero en 1942.
Una vez escuche a una persona mayor decir que en nuestra vida hay personas que nos marcan para siempre -para bien o para mal-.
Nunca les ha pasado que conocen a la persona perfecta en todos los sentidos, pero no en el tiempo perfecto.
Les hablo de ese tipo de personas que cura tus heridas y te ayudan a crecer.
Se que muchos se van a identificar con este relato. La mujer que inspiró este escrito, si es que por alguna casualidad del destino le llega sabrá que es ella.
A pesar que por cosas del destino no podremos estar juntos nunca. Jamás olvidare nuestro efímero romance. Y es que en algo tan pequeño como la cabeza de un alfiler, existe un sin número de infinitos.
Por lo antes explicado mi amor, mi cariño y mi aprecio por ti, se convierten en una “Constante”.
Para que se entienda mejor -en este tipo de escritos se deja abierta la interpretación-.
“Una constante es un valor de tipo permanente, ya que no puede modificarse, al menos no dentro del contexto o situación para el cual está”.
Para un físico una “Constante” es una magnitud cuyo valor no varía en el tiempo. Mientras que para un matemático una “Constante” tiene un valor fijo, aunque a veces no determinado -infinito-.
Es la primera vez que utilizó los números para expresar lo que se siente.
He dicho casi todo, menos donde y cuando paso y por su puesto tu nombre.