Aunque aún se desconoce qué produce el vitiligo, los especialistas médicos tienen claro que no es una enfermedad contagiosa y que las personas que la padecen no deben ser rechazadas por la sociedad.
El Dr. Fernando Carrillo, dermatólogo de la Policlínica Presidente Remón de la Caja de Seguro Social, en Calle 17, explicó que es una condición dispersa en el mundo, que afecta a todas las razas y a ambos sexos por igual.
En la mayoría de los casos, detalló, que en promedio las personas que van a sufrir de vitíligo, lo desarrollan entre los 20 y 30 años de edad.
“Aparece como una mancha blanca y genera angustia y ansiedad”, manifestó el especialista, al tiempo que destacó que cualquier persona que desarrolle una mancha o cambio en el color de la piel, debe acudir a una consulta médica.
Aseguró que el vitíligo, como la mayoría de las enfermedades de la piel que se exponen o son visibles, generan mucho grado de incertidumbre, frustración estrés, angustia o ansiedad en la persona.
El Dr. Carrillo explicó que estos casos generan consultas a nivel institucional, que ameritan la intervención de otros colegas, de forma interdisciplinaria, para poder manejarlos integralmente.
Agregó que no es contagiosa, y es significativo que al momento de interactuar o relacionarse socialmente con alguien que tiene vitíligo, estrecharle la mano o abrazarlo.
“Es importante hacerlo sentir parte de la sociedad, no es una persona enferma, solo es una zona de la piel que dejó de producir pigmento que es una de las funciones que tiene la piel”, añadió.
Existen tratamientos y personas que logran revertir el vitiligo, pero siempre va estar la posibilidad de volverlo a desarrollar.
“Hay personas que han logrado recuperarse del vitiligo, pasar algún tiempo sin lesiones, pero casi siempre regresa por factores impactantes del punto de vista emocional de la vida de la persona, pérdida de un familiar, problemas familiares, socioeconómicos y laborales que impactan el estado emotivo”, detalló el Dr. Carrillo.
Mencionó que se debe dar un apoyo emocional y psicológico a la persona que está desarrollando el vitíligo, porque están expuestas y no pueden ocultar su padecimiento con gran facilidad.
Esto, destacó, suele generar mucha angustia, ansiedad y estrés, lo que mantienen la enfermedad y la empeoran.
Entre desconocimiento y depresión
Mayarith Berríos tiene 8 años con vitíligo, una condición que genera manchas blancas en la piel, debido a la suspensión en la producción de melanina, pigmento que le da color a la piel.
Se dio cuenta que padece de esta condición, cuando le empezaron a salir pequeñas manchas en el rostro. Asegura que se trató como si fuera paño blanco, pero los medicamentos no le funcionaban, por lo que decidió hacerse exámenes más a fondo y el especialista la diagnosticó con vitíligo.
“No conocía la enfermedad y entré en shock. Me deprimí bastante, porque pensé que me iba a poner toda blanca, al punto que no salía de la casa, solo al trabajo. Mi familia me invitaba a salir y yo decía que no, porque estaba manchada y la gente me miraba con caras extrañas”, contó.
Mayarith se atendió de forma integral con dermatólogos, y especialistas en Psicología y con la ayuda de estos profesionales y de su familia aceptó sus manchas y ha aprendido a vivir con ellas.
Destacó la existencia de tratamientos y medicamentos que pueden controlar esta enfermedad, pero esta es una enfermedad para toda la vida.
“Cuando estoy estresada, las manchitas se ponen más blancas de lo normal, se pueden poner rojas y pican”, destacó.
Mientras que Melchor Muñoz asegura que desde los 35 años tiene vitíligo, pero no se atendió este padecimiento directamente con médicos.
Narró que esto no lo ha afectado, pero cuando se expone al Sol le produce ardor y se le pone roja la piel, de lo contrario no le molesta.
Indicó que con el tiempo el vitíligo se le fue corriendo por todo el cuerpo, pero no le he tomado importancia. “Cuando trabajaba, las personas me preguntan y los niños, cuando me ven, dicen que si me queme”, indicó.