Ya se fue el tren
Y esta calle nunca más será igual
Aprendiste a tener miedo
Pero hay que correr el riesgo
De levantarse y seguir cayendo
Pero hay que correr el riesgo
De levantarse y seguir cayendo. Eterna soledad de Enanitos Verdes.
Mi mamá cuando era niño siempre me llevaba los domingos a la Avenida Central, en esa época esta zona recién había sido convertida en peatonal.
Recuerdo un almacén de textiles que contrataba a un payaso para animar, pero más bien espantaba a todos los niños.
Para ese entonces uno de los canales locales —Canal 4 o Telemetro— había pasado It la miniserie; por eso todos los chicos le tenían miedo a ese payaso, el lector que tenga unos 35 años o más recordará a este personaje.
A pesar del paso del tiempo la Central aún conserva vida y muchos panameños la visitan regularmente.
Como es invierno y la lluvia te puede sorprender en cualquier momento fui la otra tarde a un centro comercial a comprarle unos audífonos de unicornio que me pidió.
Compró una bolsita para el regalo, se me ocurre comprarle unas vinchas para la escuela y para la casa, de pronto me detengo a ver una promoción de unas almohadas —eso fue lo último que recuerdo—, antes de sentir un golpe.
Más o menos perdí el conocimiento por unos 5 0 6 segundos, lo suficiente como para irme de bruces contra el suelo.
La chica encargada de seguridad del Mall, me explicó que desde el piso de arriba a un niño se le cayó una mamadera de vidrio.
Mi respuesta fue ¿quién usa un biberón de vidrio en esos tiempos?. Me llevaron a un clínica, donde me dieron tres puntadas en la cabeza y me limpiaron el rostro.
Como me quería ir rápido tuve que firmar un acta de deslindando responsabilidad al centro médico y al centro comercial.
Personal del Mall se comunicó un par de veces conmigo a ver si todo estaba bien y me comentaron que la madre del niño quería comunicarse para disculparse, pero necesitaban mi autorización para darle mi número, dije que si para salir del paso.
La mujer me escribió me dio una excusa barata, etc. Para mi mala suerte ella era hermana de Mónica. —Mónica- una persona con la cual no deseó tener ningún tipo de roce.
Es de esos casos que si la ves, cruzas al otro lado de la calle y si no hay remedio hacer como si no existiera.
A penas supe que era Mayra, intuí que Mónica intentaría comunicarse conmigo… Es algo muy común que cuando alguien te falla —en todos los sentidos—, no lo reconoce en su momento y tiempo después trata de remediar la ca#$%& que hizo. Lo que no miden es que ya no vale la pena disculparse o tratar de remediar las cosas.
En temas de relaciones es mejor poner todas las cartas sobre la mesa y no dejar nada a la interpretación.
En el momento que ya no te guste o no desees nada con una persona es mejor decirlo de frente y no con indiferencia o con engaños. En definitiva no es nada divertido.
El desapego es algo normal en esta vida, lo anormal es jugar con las personas y crear falsas expectativas.
Por este tipo de situaciones es que tanto mujeres como hombres en la actualidad, no quieran comprometerse en una relación seria.
Una vez alguien me dijo “no seas tonto, el amor nos hace idiotas”.
Yo pienso que el amor nos hace ver las cosas desde otro prisma. Cuando existe el amor queremos ver las cosas de manera positiva aunque esto nuble nuestro juicio. Si tu pareja tiene actitudes y aptitudes, negativas, créeme las seguirá teniendo… Si no quieres llegar a la vejez lidiando este arrastre mejor córtalo antes de que sea tarde.