Por Jorge I. González
Lic en Derecho y Ciencias Políticas
El 1 de mayo de 1886 marcó el punto cenit de la lucha de los sindicatos en Chicago que exigían la instauración de la jornada laboral de ocho horas. Los trabajadores y trabajadoras eran sometidos al trabajo durante 15 horas y en otros casos hasta 24 horas, según requerimiento del empleador. Por lo general, en condiciones oprobiosas de salud ocupacional.
La lucha por la jornada laboral de ocho horas finalmente triunfó, no sin antes fueron martirizados los dirigentes obreros de Chicago, asesinados, convirtiéndose de esa manera en símbolos mundiales contra la explotación capitalista.
Además, en el siglo 19 tampoco había derechos ni regulaciones en resguardo de la niñez en los centros de producción ni leyes que protegieran a las mujeres en estado de gravidez y en su derecho de recibir la misma retribución que sus compañeros de trabajo.
Del conjunto de esas condiciones objetivas de opresión surgió en consecuencia la necesidad histórica de la organización, la lucha social y la revolución. Surgió el sindicalismo, el feminismo, los derechos de la niñez y se robusteció el ideal de una sociedad igualitaria, sin expoliación.
La lucha de los trabajadores y las trabajadoras conllevó, desde fines del siglo 19 y a lo largo del siglo 20, la consecución de grandes conquistas sociales, pero las mismas también se lograron a un alto precio de luchas. Fueron necesarias huelgas, revoluciones y rebeliones. No podía ser de otra manera, pues la lucha organizada y colectiva es el método que impone la realidad objetiva, en función del cual los sectores populares pueden, aplicando la fuerza de su número en la lucha y la formación ideológica, defender sus intereses contra la explotación de los poderosos.
Gracias a la lucha, los trabajadores y las trabajadoras de hoy tienen derechos consagrados en las legislaciones laborales y en las constituciones de los países o estados contemporáneos. Sin embargo, los sectores económicamente poderosos, imbuidos del pensamiento neoliberal, que asumen al trabajador como un simple instrumento al servicio de la patronal, buscan el retroceso de las conquistas sociales, ante lo cual es fundamental que los asalariados y asalariadas se organicen para la defensa de sus intereses. La fuerza del pueblo está en su unidad.
Hoy, cuando determinadas voces del gran empresariado y las instituciones financieras internacionales del capitalismo, plantean el aumento en la edad de jubilación para hombres y mujeres, el momento que expresa esta noble conmemoración del 1 de mayo, es más que oportuno para estar vigilantes y defender el derecho de todos y todas a una vida digna y a un retiro honroso, consustancial a nuestra condición plenamente humana.
Exigimos, porque así lo necesitamos y justamente merecemos, mejores salarios, precios accesibles, así como una mayor inversión en las áreas de salud y educación.
Existen diversas opciones de financiación que pueden utilizarse para el sostenimiento de los programas de Seguridad Social, sin tener que tener que aplicarse las nefastas recetas paramétricas, de incremento de los años de trabajo, pues ello constituye una penalización anti existencial del sistema contra la vida, obligando al pueblo a laborar casi hasta su muerte biológica.
Demandamos igualmente el respeto a los derechos sociales de los micro y pequeños emprendedores, pues términos de propaganda aparte, muchos son realmente trabajadores y trabajadoras que deben ser integrados, al igual que sus dependientes asalariados, al sistema de protección social y laboral que establecen las leyes de salud ocupacional y el Código de Trabajo.
Los trabajadores y las trabajadoras edifican con sus manos creadoras e intelecto científico-técnico y cultural, a las fuerzas productivas que echan a andar la rueda de la nación.
Así mismo, fue ese pueblo trabajador, de obreros y profesionales, el que luchó por la liberación nacional y logró, junto a los estudiantes secundarios y universitarios, verdaderos hijos e hijas de clase trabajadora, el fin de la presencia colonial de Estados Unidos y el paso del Canal a manos panameñas.
Por su papel histórico en la lucha y definición del objetivo caracterizado por la descolonización del país, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la clase trabajadora panameña y la juventud, hombres como mujeres, son entre las principales fuerzas motoras de la dinamización de la sociedad panameña en el siglo 20, de sus fuerzas productivas y el avance en la independencia del estado nación, sometido por un siglo a la bota colonial extranjera.
El pueblo trabajador decidió la ruptura con el claudicacionismo negociador e impuso el fin de la colonia como salida en las contradicciones derivadas del lastre colonialista de las relaciones de Panamá con Estados Unidos.
En ese sentido, es hoy una tarea pendiente e inexorable, la democratización de los recursos derivados del Canal de Panamá y que los mismos sean utilizarlos planificadamente en beneficio del pueblo panameño, esto es, para la satisfacción de sus necesidades de vivienda, servicios básicos de agua, calle, luz, construcción de más hospitales y mejoramiento de los centros educativos. Un Canal en pro del pueblo.
Exigimos el aseguramiento del estudio y de fuentes de trabajo para la juventud y que las mujeres, la mitad de la sociedad panameña, reciban igual salario por igual trabajo que el hombre. Que su capacidad transformadora como mujeres no sea vulnerada por la discriminación de género y la violencia patriarcal.
Este 1 de mayo renovamos nuestro anhelo por un Panamá libre y solidario en donde sea dignificada la vida humana, sin distinción ni discriminación de naturaleza alguna, con equidad y progreso para todos y todas.
Panamá, 1 de mayo de 2023
HISTORIA SAGRADA DESDE INICIO DE LA MANIPULACION DE LA PIEDRA SEGUN LOS HISTORIADORES-SE PUSO EN MARCHA EL POSTULADO—-LA PRACTICA DEFINE EL CONOCIMIENTO—APARECEN LOS JEFES DEL CLAN Y DESPUES LAS TRIBUS CON SUS CACIQUES Y CHAMANES—LUEGO APARECEN LAS CIUDADES ESTADOS–LA ESCRITURA Y EL FAMOSO CODIGO DE HAMURABI—-MAS ADELANTE EL GRAN ABRAHAM PROFETIZA EL FUTURO DE LA RAZA HUMANA Y SIGUEN SUS DISCIPULOS DESDE MOISES HASTAA EL GRAN CARLOS MARX—–Y COMO DICE AQUEL PENSAMIENTO—-BENDITAS SERAN TODAS LAS FAMILIAS DE LA TIERRA—-A LAS QUE TE BENDICEN—GLORIA A DIOS EL CREADOR DE TODAS LAS COSAS..AMEN