Este nuevo régimen especial busca potenciar las ventajas competitivas de Panamá creando un sistema de incentivos integrales: fiscales, migratorios, laborales y aduaneros; y establece que para poder ser beneficiario de dichas condiciones las empresas deberán demostrar que generan el empleo esperado, transfieren conocimiento y realizan gastos operativos, todo esto adecuado a la naturaleza y dimensión del negocio que lleven a cabo.
“El Régimen Especial de Sedes de Empresas Multinacionales (SEM) ha sido muy exitoso, alrededor de 160 empresas ya han confiado en Panamá para ser su sede regional, por lo que estamos seguros de que el régimen EMMA será un factor relevante dentro de la Estrategia de Recuperación Económica de nuestro país”, informó el ministro de Comercio e Industrias (MICI), Ramón Martínez.
Las empresas que decidan acogerse a este régimen especial deberán someterse a las disposiciones legales en materia ambiental y asumen el compromiso de transferir tecnología y desarrollar capacidades, bien sea a través de la creación de un centro de enseñanza técnica o adoptando programas de capacitación con universidades o centros educativos, para el adiestramiento del personal nacional, a fin de integrar la fuerza laboral panameña que requieran las empresas.
“Vamos a brindar condiciones más competitivas, para hacer a Panamá el país de elección para la instalación de empresas que presten servicios relacionados a la manufactura, ya que, a nivel regional, no hay regímenes especiales para este sector en particular”, aclaró el ministro Martínez.
Dentro de las estimaciones realizadas por el MICI, están los impactos positivos directos e indirectos de la atracción de las empresas de manufactura. En este sentido, no solo se trata de una inyección de inversión directa, sino la activación de otros sectores de la economía, tales como mercado inmobiliario, consumo masivo, turismo interno, educación, servicios financieros, entre otros.