El mes pasado el FBI registró la mayor venta de armas de fuego desde que recopila datos hace más de 20 años.
El 21 de marzo pasaron por control más de 210 mil de ellas alcanzando el mayor récord por día y la cifra aumentó 1,1 millones con respecto a marzo de 2019.
El profesor de la facultad de derecho de la Universidad Estatal de Georgia, Timothy Lytton, experto en armamentos, indicó a los medios que la mayoría de las ventas de armas nuevas están motivadas por dos factores que han sido impulsados por la crisis del coronavirus.
Primero está la preocupación de que la sociedad civil colapse y un arma se convierte en una herramienta de defensa personal.
Lo segundo es el manejo del Gobierno y la limitación a la libertad.
Un nuevo propietario de armas le dijo a BBC News, que tomó la decisión de comprar sus dos primeras armas de fuego el 12 de marzo, un día después de que la NBA suspendiera los juegos.
El hombre quien pidió reserva de su identidad dice que lo hizo como una extensión de las indicaciones de los funcionarios de emergencias.
“Creo que es difícil descartar la posibilidad de que haya disturbios civiles temporales y no se puede confiar en el departamento de policía. Un arma es un seguro barato contra eso”, indicó el residente de Chicago.
Históricamente la política también influye en la venta de armas, ya que se considera que los candidatos demócratas tienen más probabilidades de tomar medidas enérgicas contra los derechos de armas que los republicanos como el actual presidente Donald Trump.
Otras dos ocasiones donde aumentó la venta de armas fue luego de las victorias electorales del presidente Obama, y en 2016 cuando Hillary Clinton subió en las encuestas presidenciales. Por supuesto las ventas redujeron luego de la victoria de Trump.