El Presidente Laurentino Cortizo y su gabinete ministerial no han aprendido la reciente lección, y han enviado a la Asamblea Nacional (AN) para su debate, un mamotreto de proyecto de ley que dicta el Presupuesto General del Estado para el 2024, con la misma premura que el contrato minero, dijo el candidato presidencial del Partido Popular (PP), Martín Torrijos Espino.
En un mensaje emitido en sus redes sociales, el exmandatario advierte que, en medio de las fiestas de fin de año, el Ejecutivo ha convocado a la AN a sesiones extraordinarias para que apruebe el proyecto de presupuesto –que asciende a B/.30,690.4 millones– que, al igual que el enviado en julio pasado, –por B/.32,754.5 millones–, es irreal.
“El presupuesto presentado en julio era irreal, y sigue siéndolo ahora. El gobierno anuncia como gran logro haberlo recortado en dos mil millones, pero constituye un aumento neto de tres mil millones respecto al de 2023, marcado por despilfarro, desorden administrativo, clientelismo y corrupción”, subraya Torrijos Espino.
Agrega que, en el actual presupuesto general, –que asciende a $27,579 millones– la descentralización paralela recibió millones de balboas, mientras al hospital oncológico nacional le regatean lo básico para su funcionamiento.
“No han aprendido nada; una vez más, nos restriegan que lo importante para ellos es cómo repartir el botín y a quién le toca más, ya sea a la campaña ⁴electoral de Gaby Carrizo o a la de los diputados encabezados por Benicio Robinson y Raúl Pineda”, afirma el candidato presidencial del PP.
El expresidente de la República (2004-2009) señala que el monto asignado a la Asamblea Nacional, “ya de por sí vergonzoso”, ha quedado en el mismo nivel inaceptable que el de este año –B/.150 millones-, y que las normas que regulan la ejecución del presupuesto siguen desaparecidas, permitiendo gastos al antojo de los jefes de las instituciones, sin limitaciones ni controles.
El Ejecutivo, dice, no ha explicado los criterios bajo los cuales, primero aumentó, y ahora recorta el presupuesto general del Estado, el que, en lugar de ser un instrumento de desarrollo, “es un mamotreto improvisado que llevará a la pérdida del grado de inversión, obedeciendo solo a caprichos y exigencias clientelistas del ejecutivo y los diputados”. Independiente de que lo apruebe o no la AN, el próximo año ”nos tocará presentar un plan responsable de las finanzas públicas, concluye Torrijos Espino.