Por: Alfonso Fraguela
Lo que representó una esperanza para los jubilados y para el pueblo, quedó reducido a promesas incumplidas.
Esto debido a que el anuncio hecho por el presidente Cortizo a principio de 2022, sobre los dineros generados por el contrato con la Minera trajo consigo el último día en que se vencía, el plazo dado por Panamá se cumplió y la respuesta de la empresa fue que no firmarían.
La mayor parte de esas utilidades del contrato minero aliviarían temas inherentes a la CSS, y a los jubilados. Sin embargo, lo que era una luz al final del camino, se convirtió en un laberinto sin salidas y con las luces apagadas.
El tiempo sigue transcurriendo y las comunicaciones mediáticas de bando y bando no terminan.
La empresa solicitó otros terrenos y condiciones favorables para ellos, y a estas voces se suma un grupo empresarial que habla de la seguridad jurídica, y el gobierno por su parte ni siquiera acudió a la primera cita que hizo la Asamblea Nacional para conocer los avances del tema, la primera vez.
Y en la segunda cita donde acudieron los Ministros, dejaron mal parado al Ejecutivo, ya que se hizo público que no hay una estrategia real para enfrentar este tema.
Lo cierto, es que hay un silencio sospechoso que mantiene a la sociedad atenta. Lo delicado del tema, es que los tiempos políticos se han adelantado y el resultado de esta negociación será unos de los aspectos explotar por los rivales del gobierno en las elecciones del año entrante.
Tratar de postergar lo que hay que hacer, es y será un costoso error para el gobierno, ya que no hay cifras, no hay detalles, todo es especulación y reserva.
El mutismo profesado tendrá efectos nefastos para la candidatura del compañero de fórmula del presidente en el torneo pasado.
Panamá, espera que el incidente de la tajada de la Sandía, no se repita y que el respeto a nuestros recursos minerales se demuestre con acciones concretas y no con palabras.
En otras palabras, necesitamos que los encargados de defender los intereses colectivos del país lo hagan con valentía y garra, y dejen de lado los pantalones cortos que se utilizan en las guarderías.
