Por Filemón Medina Ramos Líder sindical y social
Cuando en abril del 2020, con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, y en medio de la crisis de la Covid-19, la Federación Internacional de Periodistas (FIP), lanza la plataforma mundial para el periodismo de calidad. Lo hace convencida en que la información nunca debe estar confinada, sino que es un bien público y debe seguir así.
Dos años han transcurrido desde ese llamado, por lo que es el momento para que los dueños de las empresas de comunicación social dejen atrás la excusa de la pandemia y empiecen a respetar los derechos laborales y las libertades fundamentales, de los trabajadores profesionales del periodismo.
También es hora para que las autoridades del Mitradel, cumplan su misión de salvar empleos y apoyar a los trabajadores más precarios; aquellos a quienes estas empresas no le pagan sus salarios ni demás prestaciones laborales y de los que reciben un pago de 5 dólares por noticia publicada.
Los periodistas hemos demostrado, nuestro alto nivel de solidaridad para con los dueños de medios comunicación, lamentablemente, estos no han sido solidarios ni comprensivos con sus trabajadores, y el Estado ha sido cómplice de esta canallada, pues aprovechó la crisis al consentir que se precarizará, aún más, a los periodistas, permitiendo que estas empresas de comunicación mantuvieran la reducción de sueldos sin negociar, el recorte, ilegal, de las prestaciones laborales y el despido de trabajadores y como cereza sobre el pastel, no nos incluyó en el último ajuste al salario mínimo, manteniendo el mínimo salarial al del año 2019.
Es el momento de preparar el futuro, para un periodismo de calidad, ético y solidario.
Es el momento de dejar el lamento en las redes y grupos de chat, responsabilizando a los gremios de esta realidad, que es consecuencia de nuestra desunión, de nuestra conducta elitista y cobarde, para asumir el llamado histórico y reivindicar el periodismo nacional.