En la sociedad panameña hay una serie de tabús en cuanto a la sexualidad a pesar de que se diga lo contrario.
Les doy un ejemplo: En una ocasión escuche a mi tía decirle a una vecina “amarre a su perra que mi perro esa suelto”, cuando la señora le reclamaba que mi primo estaba enamorando a su hija. Pero me tocó ver como le caían a palos a mi prima cuando le encontraron una carta de un novio.
Es una actitud machista que se repite en muchos hogares. Hace algunos años, era común que los padres llevarán a sus hijos a burdeles para su primera vez.
Esta costumbre en su momento era muy aceptada.
Emmy, una amiga de la infancia me recordó esa costumbre en medio de una discusión sobre pros y contra de cada género. Al quedarse sin argumentos me dice “las mujeres no pagamos por hacerlo”. Me sonreí y dejé el tema hasta allí… Ante esto les voy a contar una anécdota de mi juventud.
Como a los 22 años trabaje de pasante para un abogado. Allí conocí a su secretaria. Un día quedamos en salir. La chica me dice hoy saldré un poco tarde, esperame en el casino de la esquina.
Entre al lugar, era la primera vez que entraba a un lugar de ese tipo.
Para disimular metí un dólar en una de las máquinas… Las azafatas del sitio usaban unas microfaldas y shorts para llamar la atención. La chica me brindó una cola como cortesía.
Pasado unos minutos la misma joven paso y me dejó una cerveza extranjera… Cuando me iba a dar la segunda, le pregunté si era normal que a la gente le brindaran ese tipo de bebida.
La mesera disimuladamente me dice al oído “papacito la dama de negro es la que te está invitando”…. La mujer que rondaba los cincuenta me sonrió.
Algo intrigado preguntó ¿esto a que se debe?… “Mira si no sabes te explicó, la vieja paga por sexo… Si quieres te la pongo y me das mi porcentaje”. Solo respondía “no gracias”.
Con el avance tecnológico existen un sin número de aplicaciones o sitios digitales donde una mujer puede buscar simple compañía o sexo sin compromiso.
Suena algo extraño, pero en esencia es prostitución masculina.
Googleando un poco sobre este tema encontré que es mucho más habitual de lo que se cree.
La falta de tiempo para el romance es una de las causas que una mujer pague por sexo. Los encuentros casuales o los romances pueden ser complicados; contratar un scort les ofrece el control, la oportunidad para experimentar sexualmente y la exploración de fantasías sin el miedo de ser juzgada.
Otras de las razones podría ser que su pareja no cumplan en la cama y por eso buscan satisfacer sus necesidades en ocasiones los hombres tendemos a pensar que un pene erecto es suficiente para estimular a una mujer, se descuida él coqueteó, la seducción entre otras cosas.
Esa tendencia de llegar de primero en lugar de tercero o cuarto -espero entiendan el juego de palabras-.
En mi opinión personal pienso que el hombre elegido debe cumplir ciertos parámetros, ser guapo, simpático y con la capacidad de mantener una conversación antes o después de, a diferencia de los hombres que van a un prostíbulo o sito que buscan más atributos físicos -en su mayoría operadas-.
Las parejas deben conversar estos temas de cama para evitar todo tipo de problemas.
exelente